10 años del 27F
Por Yves Besançon
Past president Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA)
Hace 10 años, el 27 de febrero, nuestro país, el más sísmico del mundo, fue sometido a un estremecedor y violento terremoto y a un posterior maremoto que dejó más de 400 víctimas fatales y heridos, además de grandes daños a la infraestructura pública y privada por montos superiores a los seis mil millones de dólares. Esta grave emergencia fue provocada por una magnitud 8,8 en una franja que abarcó más de 800 kilómetros desde la Región de Valparaíso hasta la Región del Biobío.
Muchas ciudades, pueblos y villorrios fueron afectados con pérdidas que aún hoy no se recuperan, además de edificios y patrimonio que no volverán a ser como los conocimos. A pesar de ello, el comportamiento sísmico de los edificios fue satisfactorio, demostrando la gran capacidad de nuestra ingeniería y arquitectura para resistir el embate de la naturaleza, materializado en el quinto terremoto más grande desde que hay medidas al respecto. No corrieron la misma suerte las construcciones más antiguas de adobe que, en muchos casos, conformaban la imagen patrimonial de nuestros pueblos y ciudades.
Pese a lo anterior, nuestro país aprende un poco cada vez que se produce un fenómeno telúrico, lo que nos transforma en un laboratorio viviente y que, por ello, está bajo la mirada internacional de expertos y profesionales de todo el mundo. Cada vez que ocurre un fuerte terremoto, nuestras normas se reestudian y modifican para enfrentar nuevos y diferentes eventos sísmicos con la mayor resiliencia y así resguardar la vida de las personas, que es el fin último de todo cálculo de ingeniería y de todo proyecto de arquitectura.
Chile mantiene, por lo tanto, los más altos estándares de seguridad y los más eficientes medios de control para evitar así los temidos riesgos de pérdidas humanas, a diferencia de lo que ha sucedido en otras latitudes con terremotos menos intensos, que han causado víctimas y enormes daños irreparables.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.