Señor Director:

Hace un tiempo, escuchando a Cristián Warnken, aludió a un libro cuyo nombre es “El hombre que plantaba árboles». Inmediatamente lo compré y lo leí, el relato era sobrecogedor, trataba de un hombre que a lo largo de su vida, había plantado todos los días semillas que al cabo de años convirtieron un territorio sin árboles en un frondoso bosque.

¿Qué nos pasa a nosotros los chilenos que en vez de plantar árboles los destruimos? Hemos visto con estupor lo que está ocurriendo en Américo Vespucio con la destrucción del parque que costó años para su desarrollo. Se nos dijo que la construcción de la autopista sería en túnel minero y que los árboles no se tocarían. Desgraciadamente no va a ser así, será en trinchera. Esperamos que la escasa capa de tierra que el proyecto contempla sobre la losa superior de la carretera, sea suficiente para que mis bisnietos vuelvan a ver un parque.

Algo peor e inexplicable sucede con el Parque Metropolitano en las laderas de cerro San Cristóbal. ¿Qué está pasando allí? Hay alguna explicación para herir un cerro emblemático para los santiaguinos con cortes casi verticales que literalmente han depredado sus verdes laderas? Somos a diferencia del hombre que plantaba árboles, una ciudad que destruye árboles.