Debates y urbanismo
Por Fernando Marín Cruchaga,
Decano Facultad Arquitectura, Diseño y Construcción Universidad Mayor
Pulso
Después de ver con detención los debates de los candidatos de ambas coaliciones, llama la atención que la planificación urbana y el desarrollo territorial no formen parte de sus propuestas o bien ocupen capítulos muy pequeños de los programas de gobierno. Al parecer, los candidatos aún no comprenden que el buen habitar es un derecho humano fundamental. Pareciera también que desconocen que la correcta planificación territorial forma parte esencial de la economía, transporte, salud, desarrollo social y, por supuesto, vivienda y urbanismo. Es un hecho que gran parte de las áreas programáticas de los ministerios influyen y deben ser influidas por una estrategia clara sobre cómo planificar el territorio, sus recursos y sus factores productivos, tomando en cuenta sus carencias y las posibles soluciones. Una primera e importante señal la dio hace algunos días el grupo Metropolitica.cl, el que con el apoyo de las escuelas de arquitectura de la Universidad de Chile, Universidad Católica y Universidad Mayor, llevaron adelante una interesante discusión entre los asesores urbanos de los candidatos presidenciales. En la oportunidad, se debatieron propuestas muy atractivas desde el punto de vista del desarrollo territorial. La mayoría de ellas factibles de realizar en plazos medianos, que superan el período presidencial. Esto nos lleva a concluir que es necesario un acuerdo de Estado que vaya más allá de lo meramente sectorial.
Es urgente que los presidenciables entreguen una mirada urbanística que no esté centrada en cálculos electorales. Por eso, es fundamental que conozcan, observen, comenten o critiquen la Política Nacional de Desarrollo Urbano que hace unos días hizo entrega la comisión que nombró el actual gobierno. Esta iniciativa fue desarrollada de manera seria y profesional. No revisarla o no tomarla en cuenta para futuros planes de desarrollos locales, regionales o nacionales, sería -por decir lo menos- de una ceguera política enorme, que dista mucho de la madurez que esperamos de nuestros representantes.
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