Señor Director:

Con similar sorpresa que el señor Sánchez, ex subdirector de Ciudad Parque Bicentenario, aunque la mía de agraz, me entero de que se reactiva el citado proyecto.

Como especialista en transporte, a la sazón lideré dicha componente en la revisión del impacto ambiental concluyendo técnicamente que «la reconversión urbana más grande que Chile haya conocido en su historia reciente y que pretende ser un aporte a la integración social, a la sustentabilidad ambiental y al diseño urbano», como la describe el señor Sánchez, carecía de un adecuado plan maestro para el sistema de transportes del proyecto, lo cual tenía una fuerte trascendencia en su futura operación de transporte.

Como ejemplo táctico, el proyecto albergaba a una población cercana a los 60 mil habitantes; sin embargo, tenía apenas diez conexiones a la vialidad externa, sólo una regulada con semáforo. Como referencia, las comunas de Vitacura y Lo Barnechea tienen, respectivamente, 81 mil y 100 mil habitantes. ¿Podrán imaginar el caos vial en ese semáforo?

Hace un tiempo Santiago tenía un aeropuerto alternativo, ahora y en adelante es absolutamente necesario. ¿Qué duda cabe de la necesidad de un puente aéreo para satisfacer la demanda doméstica de viajes de la gran minería del cobre?

Entonces, espero que la autoridad recapacite y nuestra ciudad recupere su necesario aeropuerto alternativo, aunque sea como aeródromo.