Costanera Center misión cumplida
Por Yves Besançon Prats
Presidente Asociación de Oficina de Arquitectos AOA
Publicado en Portal Inmobiliario el 03/07/2012
La densificación de las ciudades dentro de su propio territorio con renovación urbana, es la respuesta que personalmente creo más adecuada para resolver el natural crecimiento de la población. No estoy de acuerdo con ampliar el radio urbano que ya es muy extenso y que acarrea inversiones en infraestructura cara y de la que ya disponemos en las aéreas centrales existentes y poco densas.
Hay que tener en cuenta que en el mundo ya más de la mitad de sus habitantes – un 54%- viven en ciudades. Esta cifra se incrementa en Latinoamérica al 75% y en Chile crece aún más al 87%. Esto se produce porque las ciudades, como dice Edward Glaesner, son el mejor lugar para vivir.
Es en las urbes en donde nos desarrollamos, aprendemos, nos perfeccionamos, sociabilizamos y nos encontramos con otros que nos hacen crecer y ser felices. Es la ciudad la que nos atrae para formar nuestras familias para estudiar y para trabajar. Es también el lugar en el que fallecemos aunque no siempre hayamos nacido ahí. Es la ciudad el lugar que nos llena de esperanzas a pesar de su paradojal organización aparentemente desordenada e injustamente repartida.
El proyecto Costanera Center, de alta complejidad, ubicado en el mejor lugar para construirlo y que fue declarado por el Green Building Council el año 2010 como el edificio más verde de Santiago, es el proyecto que ha producido la mayor participación ciudadana desde su apertura con cientos de miles de personas que lo han visitado y han utilizado sus instalaciones y servicios, despertando un interés silencioso que ha nublado todo otro comentario o crítica con un alto índice de aprobación y satisfacción.
El alivio producido a la trama vial con la apertura de puentes y calles ha sido, como lo predije hace un tiempo, un gran fusible para el sector disminuyendo los tiempos de viaje y descongestionando el tráfico vehicular.
La condición de centro comercial urbano hacía evidente que el usuario llegaría en transporte público, caminado o en bicicleta. El sábado, y a tres días de su apertura, recibió a 200.000 visitantes y no se ocuparon los 3.000 estacionamientos disponibles. Es por ello que con un 40% más de superficie arrendable que el Alto Las Condes, tiene la mitad de los estacionamientos de éste último, esto porque los centros comerciales de centro de ciudad no requieren de la misma cantidad de estacionamientos que los de carretera de los suburbios.
Este proyecto ha incluido, lo que no sucede en otros, el impacto del peatón como algo que no siempre es considerado. Es así como las veredas que lo circundan tienen anchos generosos de más de diez metros. El acceso desde la estación de Metro Tobalaba es a través de una pasarela que ha tenido gran éxito, un intenso uso, y que atraviesa con sus 75 metros de largo, dos calles como Holanda y Vitacura, retirando el flujo peatonal del cruce vehicular de superficie. Los accesos al subterráneo de estacionamientos son desnivelados para no cruzar ni calles ni veredas. Podemos decir entonces que el peatón ha sido tomado en cuenta con la valoración que merece.
El impacto en el comercio del sector se ha visto favorecido con un aumento en las ventas, según hemos podido apreciar, fenómeno que siempre ocurre a pesar de los temores que circulan meses antes de que un centro comercial abra sus puertas. Aquí, y como en otros lugares, ambos sistemas comerciales, el de la calle y el interior se potencian y complementan.
Por último, decir que el edificio se encuentra rodeado de hoteles, oficinas y comercio. Ese es el contexto del proyecto y su lenguaje arquitectónico corresponde al de las grandes ciudades en medio de dicho paisaje. Pareciera que no quisiéramos darnos cuenta que somos una gran ciudad de siete millones de habitantes y no podemos negarnos a ello. La placa comercial tiene 40 metros de altura, la misma que la de los edificios de edificación continua del centro de Santiago. La llegada al suelo de esta placa es con vitrinas y accesos a los diferentes edificios, produciendo una cercanía con el paseante evitando los muros ciegos que alejan la vida de ciudad.
Costanera Center es un indudable aporte a nuestra ciudad y al sector en que se emplaza. Es un edificio que ha llenado un vacio en un terreno en el que antes hubo una fábrica de cerveza y en el que hoy Santiago y Providencia disponen de un moderno centro comercial de última generación.
Costanera Center, esperado y valorado, misión cumplida.
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