Medellín, la más educada
Por Julio Poblete, arquitecto socio de DUPLA y director de la AOA
Publicado en La Tercera, el lunes 02/04/ 2012
NO PUEDO dejar de compartir con ustedes la experiencia de haber conocido un lugar y pueblo alucinante. Se trata de Medellín (Colombia), otrora conocida mundialmente por el «Cartel de Medellín», que fuera liderado por Pablo Escobar hasta inicios de los 90. Un pueblo cálido y alegre, que sufrió una guerra urbana de gran crudeza entre los años 80 y 90 y que se estima llegó a sufrir más de 400 homicidios por cada 100.000 habitantes al mes. La historia de Medellín hoy es muy diferente. Con empuje social, empresarial y urbanístico, es ejemplo para Latinoamérica y el mundo.
La historia comienza a cambiar su curso en torno al 2000-2001, cuando un conjunto de organizaciones sociales se agrupa formalmente en torno al «Movimiento Compromiso Ciudadano», bajo el liderazgo del profesor y matemático Sergio Fajardo. La misión era clara y urgente: ir al rescate de la ciudad y su gente. Sergio Fajardo llega finalmente a la alcaldía de Medellín en 2004 y gobierna hasta 2007. Aun cuando su popularidad era de más del 80% al término de su período, no pudo repostular a la alcaldía, ya que la ley electoral no contemplaba la posibilidad de reelección. Caso contrario en Chile, donde la reelección de alcalde no tiene límite alguno… Como para pensarlo.
Fajardo puso sobre la mesa un plan ambicioso, pero, a la vez, muy aterrizado. Con el lema «Medellín, la más educada», que apelaba en forma amplia y profunda a un cambio radical, involucraba a todos y cada uno. El llamado «urbanismo social» de Fajardo contemplaba llevar mejor educación a las barriadas pobres, mejorar el transporte público urbano, aumentar la seguridad y manifestar con obras concretas que el «espacio público es un bien público». El espacio público, acotaba en su programa, «es el sitio de la igualdad social, la convivencia y la integración. Vamos a crear una ciudad agradable, segura y estética, en la que puedan caminar tranquilamente todas las personas». Sumó, además, el compromiso moral de la ciudadanía. Esta no era su cruzada, era la de todos.
Hoy, Medellín, con casi tres millones de habitantes, está orgullosa, esperanzada y con adelantos reales en lo social, cultural y urbanístico. Este cambio no sólo lo corroboran los «paisas», como se hacen llamar los habitantes de Medellín, sino las empresas chilenas instaladas allá. Las lecciones de Medellín son que con claridad de propósito, liderazgo político, involucramiento social y fortalecimiento de la cultura y educación de un pueblo, se pueden lograr cosas grandes en corto tiempo, y no esperar 20 años, como a veces sucede en Chile.
Este proceso no ha terminado. Hoy, Fajardo es gobernador de Antioquia, región donde se ubica Medellín. La alcaldía sigue trabajando para reescribir la historia con la consigna «Medellín obra con amor». En cualquier caso, el enfoque sigue siendo el mismo: apelar al ciudadano y mostrarle que la ciudad y su destino es tarea de todos.
La convicción moral, la resiliencia y la cultura cívica de los colombianos han probado ser su gran patrimonio. Ad portas del inicio del período de elecciones municipales, invito cordialmente a los candidatos a alcalde a conocer la historia de Medellín.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.