Cercanía del trabajo y el colegio de los niños, tener áreas verdes, disfrutar de una buena vista o tener espacio para toda la familia. Cada proyecto es distinto y es necesario ponderar todas las variables antes de decidir.
Ubicación, conectividad, entorno, diseño, equipamiento y espacio. No se trata de una decisión simple: al adquirir un inmueble, son múltiples factores los que se conjugan para ejecutar un proyecto de vida. «Las personas buscan adquirir una experiencia y, a través de la compra de una vivienda, dar espacio a la forma en que quieren vivir», comenta Pablo Larraín, presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA). Por ello, antes de elegir es fundamental equilibrar las expectativas con todas las variables relacionadas con la compra, incluido el financiamiento y las condiciones para cumplir los compromisos de pago.
Diseño y calidad
Respecto al inmueble es importarte considerar diseño, materialidad, calidad del producto y sus servicios. En el diseño, la compactación e integración de tos espacios marca tendencia. «Cada vez en más viviendas integran en una unidad espacial e living, el comedor y la cocina. De esta forma, convergen las actividades del núcleo familiar en un espacio, articulando un uso y vivencia multifuncional», comenta el presidente de AOA.
Esta ejecución se logra a través del diseño, la arquitectura y el equipamiento tecnológico: las soluciones en iluminación y en aislación térmica, acústica y mejoras en sistemas de climatización, son elementos diferenciadores en el valor de un proyecto inmobiliario.
Equipamiento y servicios
También es relevante la calidad del equipamiento complementario del edificio, que estará determinada por, el tamaño del proyecto, su ubicación, y el perfil del comprador. Según sostiene Ignacio Hernández, vicepresidente de AOA, tanto el costo de adquisición como los gastos comunes están influenciados por elementos que proveen ventajas comparativas: gimnasio, piscina, sala multiuso o gourmet y áreas verdes, entre otros.
Por último, el entorno es otro factor a considerar. En el barrio donde el proyecto se emplaza, es necesario considerar las condiciones urbanísticas y normativas del entorno. «Si el entorno evoluciona de forma adecuada, la rentabilidad de la inversión crecerá, por lo que es importante identificar sus atributos: si está bien emplazado, reglamentado y concebido por sus arquitectos y promotores», añade Hernández.
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