DESARROLLO INMOBILIARIO: EL VALOR DEL PROYECTO POR DENTRO Y POR FUERA

Un nuevo edificio que obstruya la vista, la saturación vehicular o la falta de planificación urbanística estable y cuidadosa. Son múltiples factores que pueden afectar la quimera de la segunda vivienda. Atender las condiciones urbanísticas, de entorno y regulatorias es fundamental, acota Ignacio Hernández, vicepresidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA): «La estabilidad y la evolución del entorno son determinantes. Si este se desarrolla de forma armónica, el valor del inmueble se mantendrá o crecerá, por lo que además de revisar el proyecto específico, es importante identificar si está bien emplazado, reglamentado y concebido». Evolución del entorno A su juicio, históricamente el país tiene un mal currículo en el cuidado de sus balnearios, que se degradan con rapidez por falta de planificación o crecimiento descontrolado.

Según comenta, las localidades más pequeñas, que nacen con una impronta turística, tienen más posibilidades de crecer adecuadamente en comparación con las ciudades que fueron concebidas con otros fines y que, producto del desarrollo y el entorno, evolucionan en cohabitación con urbes turísticas, compitiendo con otros intereses en su crecimiento y desarrollo.

Antes de tomar una decisión, es recomendable revisar cómo son las autoridades comunales y qué planes tienen para el desarrollo de la zona, además de los planos reguladores y las normativas que regulan su evolución. «El deterioro del entorno es un riesgo importante, que influye directamente en el valor del inmueble; una ciudad bien planificada, con ciudadanos empoderados y comprometidos en su desarrollo, tiende a preservar estos valores en el tiempo», acota.

En tanto, al elegir la segunda vivienda, también es necesario identificar cuáles son los atributos que se buscan y la experiencia que se quiere vivir: descanso, contacto con la naturaleza, vida nocturna, entretención, etc. Factores relevantes son también las vías de conectividad y acceso, junto a la disponibilidad de transporte público y de servicios a los que se quiere optar: comerciales, de entretención y deportivos, entre otros.

Otros factores: Equipamiento y diseño

En general, una segunda vivienda se elige con fines de esparcimiento en un entorno distinto, se espera que el diseño «converse» con la zona en que está emplazado, con una arquitectura que refleje el lugar e invite a gozar una experiencia diferente: de relajación, ocio, actividades compartidas y contemplación.

Por ejemplo, en el caso de la costa, comenta Hernández, se debe responder con un diseño y uso adecuado de los materiales a factores específicos de su ubicación: la humedad y salinidad del mar tienen un impacto considerable en la estabilidad y calidad de los proyectos».

Diseño, materialidad, calidad del producto y sus servicios son elementos a considerar, además del factor sustentabilidad, que se ha instalado con fuerza en el mercado, con proyectos eficientes energéticamente y desarrollados en línea con el medioambiente.

«Considerando que se trata de una adquisición importante, si no se tienen los conocimientos para determinar la calidad del diseño, de la planificación del entorno o de la calidad constructiva, es importante asesorarse con profesionales que revisen el inmueble°, explica el arquitecto.

En tanto, para favorecer la experiencia de la segunda vivienda, es aconsejable evaluar el equipamiento del proyecto, que estará determinado por el tamaño, su ubicación y el perfil del comprador. Piscinas, salas multiuso, equipamiento deportivo y áreas verdes proveen ventajas comparativas en la vida comunitaria.

Finalmente, antes de tomar la decisión, es recomendable conocer la experiencia de quienes diseñan, ejecutan y promueven el proyecto, atendiendo la experiencia de la inmobiliaria, la calidad de sus desarrollos y la asistencia de postventa.

Revisa la nota publicada en La Tercera.