La oficina Elton + Léniz Arquitectos, asociada a AOA, logró el primer lugar en el concurso de ideas de anteproyectos de arquitectura para el campus educativo de la Academia de Guerra del Ejército.
La propuesta de Elton + Léniz contempla una nueva organización para la expansión y modernización de las instalaciones de la Academia de Guerra. Se propone un proyecto que transforme lo existente en un Campus a través de tres operaciones:
Vacío: Un amplio vacío en la superficie organiza las construcciones históricas existentes y el nuevo edificio de aulas transformándose en el patio de formación. Su extensión y orientación hacia las vistas de la Cordillera le otorgan un carácter jerárquico que articula todo el desarrollo del campus. Es el espacio de encuentro, de celebración y de contemplación. Un plano horizontal de magnitud geográfica.
Placa: A la manera de un plinto pone en valor las construcciones cargadas de historia y simbolismo reuniéndolas en el mismo nivel con el aulario. Debido al desnivel natural de la topografía, esta operación permite disponer un piso base que organiza el resto del programa de manera horizontal facilitando un fluido sistema de conexiones. Biblioteca, auditorio, oficinas, administración y estacionamientos funcionan conectados en este nuevo nivel.
Disposición de volúmenes: El edificio principal de la dirección constituye la imagen histórica de la Academia de Guerra. Su carácter de conservación le atribuye un valor patrimonial tanto histórico como simbólico. El nuevo edificio de aulas, sintético y silencioso, se dispone paralelo a este cuerpo existente como la única nueva construcción sobre la placa. Ambos delimitan el vacío, el nuevo patio de formación. No existen otros volúmenes aparentes sólo el aulario que toma sus proporciones del edificio principal respetando su altura y desarrollo en horizontal.
Renovada imagen institucional
El segundo lugar del certamen fue para Jaime Bendersky Arquitectos en conjunto a Giannini + Villarroel Arquitectos, cuya propuesta se enfoca en la creación de una renovada y potente imagen institucional de carácter inequívocamente marcial, que dé cuenta de los valores militares, como la solidez, la rectitud, el espíritu de cuerpo, el orden, la jerarquía.
El partido general asumido, se ordena conforme dos pasos principales que se cruzaban: el «Cardo Maximus», que se extendía de norte a sur, y el «Decumanus Maximus» de este a oeste. Un eje principal, denominado “solemne” ordena y vincula las distintas plataformas programáticas y que ocurren en edificios existentes y los relaciona con las nuevas instalaciones. Un eje secundario perpendicular a este, denominado “académico”, organiza todas las dependencias y actividades académicas y docentes de la institución. En la intersección de ambos ejes, se celebra y glorifica la entrada a la Academia, mediante un umbral significante y magnífico, a la manera de un arco de triunfo.
El eje académico conforma una nueva pieza volumétrica en el conjunto, que representa la esencia de la Academia de Guerra. Poniendo en valor el academicismo/genio militar, se sitúa la biblioteca como cabeza de este cuerpo, eminentemente introvertido, cuyos muros custodian las piezas del saber. Del otro lado del umbral, se desarrolla el ala docente y educacional. Una galería, espacio de mediación configurado por una estricta sucesión de columnas, hace alusión a los órdenes militares, cual lanceros en formación. Esta columnata se complementa, acompaña y pone en valor mediante un atrio, el patio de formación de la Academia, a la manera de academias homólogas como West Point en Estados Unidos. Las salas de clases y estudio se organizan en torno a patios independientes y protegidos, atendiendo las jerarquías de antigüedad de los estudiantes, armando pabellones diferenciados según niveles académicos, que ocurren excavados en el terreno, contenidos en un zócalo que les otorga protección y privacidad.
El complejo se inserta en un campus militar con una fuerte componente geográfica y paisajística, con imponente presencia de a la cordillera y acompañado de prados con una profusa arborización. El proyecto, por tanto, busca ser sumamente permeable para integrar espacios exteriores y potenciar las vivencias en estos lugares, propiciando conexiones espaciales haciendo gala de espacios intermedios. Los jardines existentes en general se mantienen y se proponen techos verdes de Festuca, de bajo consumo hídrico y nuevos árboles (liquidámbar) en los patios de aulas.
Mención honrosa
En el concurso se entregó una mención honrosa que recayó en la oficina Tidy Arquitectos, que aborda el proyecto como un conjunto de operaciones donde se integra lo nuevo y lo existente de manera indisociable, generando un conjunto que pone en valor ambas arquitecturas como total, creando un contrapunto y a la vez un diálogo. Las ideas que determinan la expresión del nuevo edificio propuesto se basan en la imagen contemporánea del Ejército de Chile como una institución moderna, cercana y transparente; pero, a la vez estable, sobria y austera.
Del mismo modo, la intervención es sensible al entorno geográfico privilegiando donde se emplaza, incorporando la condición de pendiente; el carácter de parque y las fabulosas vistas hacia donde se orienta como parte fundamental de su diseño.
La intervención se compone de tres partes:
Edificio existente: El criterio de intervención para el edificio de la Academia de Guerra se basa en tres acciones fundamentales: restituir su condición original, reorganizar la distribución interna de su programa y mejorar su espacialidad en función del nuevo ordenamiento.
Para ello se han eliminado la mayoría de las particiones, se han restituido los vanos originales, y se ha abierto completamente la fachada sur en el extremo poniente. Se ha propuesto además un hall de doble altura en el acceso para celebrar la vista hacia la cuenca de Santiago.
El segundo piso en tanto, se abre en altura exponiendo su estructura original y mejorando su espacialidad. El edificio “pagoda” se mantiene con cambios interiores menores de que afectan básicamente el acceso a sus programas de servicio por el patio duro.
Edificio zócalo: Es el elemento integrador del conjunto que actúa como plinto del edificio existente (Academia de Guerra) y como articulador del nuevo pabellón de aulas. Su arquitectura expresa la idea de basamento pétreo y sólido que se extiende como pavimento hasta el límite norte de Av. Las Perdices, incluyendo el patio de formación y el edificio “pagoda”, y hacia el sur limita como apoyo del nuevo edificio que contiene las aulas. Este volumen que se inserta en la cota contiene los programas de estacionamiento para 100 autos, y sobre estos la biblioteca, el Centro de Investigación, el Centro de Liderazgo y la cafetería. Desde este nivel se puede acceder directamente a los dos auditorios de manera independiente.
Edificio elevado: El nuevo pabellón de aulas es el edificio protagónico del conjunto. Apoyado sobre tres volúmenes distintos (dos auditorios y el edificio zócalo), se eleva en altura sobre el terreno para liberar nuevas áreas verdes y dominar las vistas. De este modo se restituye la condición de parque a nivel de suelo mediante una operación de paisaje.
El volumen suspendido se ordena como anillo en torno a un vacío central que se conecta en una de sus esquinas por un núcleo de circulaciones verticales, con el zócalo y el resto del conjunto. También permite el acceso a un mirador ubicado en su cubierta. El anillo de perímetro transparente, se compone de dos pisos siendo el primero exclusivo para aulas y el segundo de carácter más privado para las oficinas. El nivel de aulas tiene un sistema de doble circulación (una interior y otra exterior), que además de ofrecer la condición de galería/mirador en el perímetro exterior, permite el funcionamiento compartimentado de las aulas con accesos independientes.
Desarrollo del certamen
La instancia recibió un total de once anteproyectos y el jurado estuvo compuesto por:
– GDE Humberto Oviedo, comandante en jefe del Ejército.
– GDD Ricardo Martínez, jefe de Estado Mayor General del Ejército.
– GDD Leonardo Martínez, comandante del comando de Educación y Doctrina.
– GDB Andrés Silva, comandante del comando de Ingenieros del Ejército.
– José Manuel Palacios, alcalde de La Reina.
– Marcela Pizzi, decana de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
– Mario Ubilla, decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica.
– Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Desarrollo.
– Juan Sabbagh, Premio Nacional de Arquitectura 2002 y director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA).
– Alberto Texido, presidente del Colegio de Arquitectos.
– Pablo Larraín, presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos.
– Luis Izquierdo, Premio Nacional de Arquitectura 2004, profesional designado por los concursantes.
– Cecilia Reyes, arquitecto ECP CDI CEDOC, directora del Concurso de Ideas.
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