En 2019, el arquitecto Rodrigo Searle, titulado de la Pontificia Universidad Católica y socio de Searle Puga Arquitectos, se incorporó al directorio de la Asociación de Oficinas de Arquitectos, siendo el único, en aquella ocasión, en integrarlo por primera vez.
Tras dos años a la cabeza del comité de comunicaciones, relata que se enfrentó a un grupo generoso en compartir su experiencia y a desafíos que estaban fuera de su zona de conocimiento, como la difusión, para los cuales ha debido adquirir nuevas habilidades.
Considerando que se acercan las elecciones en AOA, Rodrigo Searle comparte su visión del trabajo gremial y las principales lecciones que le deja su paso por la asociación.
¿Cómo evalúas tu periodo como director?
Ha sido bien intenso. Primero porque necesité informarme y capacitarme para lograr cierto conocimiento de la AOA, cómo esta funciona, antes de poder sentir que tenía algo que aportar.
La acogida y recepción de cada uno de los directores, varios de los cuales ya llevan varios períodos y con mucha experiencia acumulada, ha sido enorme. Gracias a ellos y al equipo estable de la AOA he podido ir trabajando más que nada en el Comité de Comunicaciones, al que me tocó dirigir.
¿Cuán diferente fue ver AOA como socio a como director? ¿Cuál fue el mayor desafío?
Considero que aún la AOA se percibe un poco distinta a como es realmente por dentro. Varias veces se oye que sería esto un club de amigos… La verdad es que, independiente de que exista cierta afinidad propia por ser todos arquitectos y con algún interés gremial, demanda un trabajo bastante dedicado. Muchas veces ha habido diferencias de opinión con algún tema, y la sola discusión donde cada cual expone sus argumentos y los fundamenta, termina enriqueciendo la visión de todos para lograr confluir en una voz común. Yo no veo problema en que terminemos más amigos que antes, siempre entendiendo que las diferencias son oportunidades para enriquecer nuestra experiencia.
Personalmente, ¿Qué desafíos te representó dirigir un comité?
Significó un rodaje previo, en un tema como Comunicaciones, donde no tenía mayor experiencia. El aprendizaje se fue dando sobre la marcha en las sucesivas reuniones del comité, junto a la agencia de medios que nos apoya.
Partimos trabajando en la confección de una nueva página web, esto luego de un trabajo con una consultora que nos obligó a hacernos algunas preguntas respecto de nuestra identidad como asociación. La nueva página se estrenó hace casi un año y tiene que ver más con cómo queremos vernos frente a la sociedad.
Luego de esto nos abocamos en cambiar un boletín que era mensual por una agenda semanal, con noticias y actividades, mucho más dirigida a informar y actualizar a nuestros asociados. Esto ha demandado mucha mayor dedicación del comité, con reuniones también todas las semanas.
Hoy estamos avanzando en nuestro posicionamiento en Instagram, más dirigido esta vez a las generaciones jóvenes, que seguramente serán los próximos directores de AOA en el futuro.
Considerando los cambios que vivió el país y la profesión en este periodo, ¿Cómo crees que se adaptó la AOA a nuevas realidades?
En general la respuesta de los socios, frente a nuestro rol, iniciativas y actividades concretas ha sido muy buena. Están agradecidos y reconocen el lugar y la voz que ha tenido la AOA en la contingencia.
Por ejemplo, el programa de conversatorios desarrollado por el comité de Asociados y Servicios (“enfrentando la Crisis”) ha estado en esa línea y con una alta convocatoria.
En el ámbito público, la Propuesta de Desconfinamiento enviada al Gobierno a propósito de la pandemia estuvo muy acertada. La AOA ha tenido también participación en varios grupos de trabajo del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano a propósito del estallido social y pandemia, siempre aportando con una visión de realidad que nos da nuestro trabajo. Para qué decir las muchas propuestas al Ministerio de Vivienda y Urbanismo respecto de circulares y decretos que afectan directamente nuestro quehacer. Partiendo aquí por nuestra colaboración que desembocó en las Circulares 429 y 436 de la DDU, que buscaba facilitar las tramitaciones municipales de los expedientes en tiempos de confinamiento.
¿Qué experiencias te gustaría destacar de este periodo?
Han sido tiempos duros e inciertos para todos, en nuestro caso no ha habido eventos, encuentros y menos los ya esperados viajes que organiza la AOA en tiempos normales. Lo que queda es el trabajo en equipo, y pienso que si bien, luego de años de trabajo, la AOA es hoy una voz reconocida y respetada en ámbito público, aún queda trabajo por hacer respecto de nuestra capacidad de conectar y convocar a nuestros socios y arquitectos en general. Tendemos a encerrarnos en nuestras oficinas y aún no valoramos lo suficiente la posibilidad del encuentro con nuestros pares que brinda la asociación.
Por último un comentario más personal: yo sé que es difícil, pero pienso que debiéramos intentar no abarcar tanto, enfocarnos quizá en menos tareas para lograr sacarlas adelante y llevarlas hasta el final. No es fácil, el entusiasmo y las ganas sobran, pero en el mundo público pareciera que la persistencia es fundamental.
¿Cuáles son tus planes en relación con AOA, luego de cumplir tu periodo?
La AOA, según sus estatutos renueva la mitad de su directorio cada año. Cuando un director cumple su período tiene la posibilidad de repostularse o no. En el primer caso, si se repostula y sale elegido, mantenerse como director permite dar continuidad y agregar experiencia al trabajo que ya se está haciendo. En el segundo caso, no continuar permite -por otra parte- dejar el espacio para que llegue un nuevo director, con nuevas ideas y otras miradas que siempre enriquecen la discusión interna. Yo creo que ambos caminos son igualmente válidos, en mi caso opté por el segundo, siempre pensando quizá en volver más adelante.
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