Arquitecta de la Universidad Finis Terrae e independiente hasta que formó el estudio de arquitectura Assadi y Pulido, hoy Atelier, Francisca Pulido ha tenido una cambiante relación con AOA: pasó de ser del “grupo del prejuicio”, según sus propias palabras, hasta formar parte del comité editorial de la Revista (desde 2015) y ahora cumple su periodo como directora de la Asociación.
Ligada a la academia, directora del congreso Arquine, parte del equipo curatorial de la Bienal de Arquitectura 2015 y con obras desarrolladas en Chile, México, Guatemala, Perú y Estados Unidos, en AOA Francisca Pulido está a cargo del Comité Editorial, instancia en la que ha liderado procesos de cambios y nuevos desafíos.
En este recuento de su periodo como directora, destaca el haber aportado con una perspectiva diferente pero representativa de un segmento importante entre los asociados, en un directorio que ha ido avanzando hacia la diversidad de opiniones y experiencias profesionales.
¿Cómo evalúas tu tiempo como directora?
Fueron dos periodos muy diferentes uno del otro, aunque podría decir que fueron tres, con los presidentes Pablo Larraín, Ignacio Hernández y Mónica Álvarez de Oro.
El primero fue de adaptación e inserción, pero dado que ya formaba parte del Comité de la Revista AOA, no fue complejo hacerme cargo del Comité Editorial; aun cuando ya había generado una propuesta para avanzar y potenciar esa área.
No es fácil hacer una autoevaluación, pero creo que en los roles asignados o autoasignados fueron desafíos cumplidos, por lo que me voy muy satisfecha y conforme. También creo que la evaluación real la debieran hacer los socios.
El Directorio ha ido avanzando a una cierta diversidad de opiniones y experiencias profesionales, lo cual me parece muy positivo. En mi caso particular, haciendo una arquitectura principalmente de encargo, de baja y mediana escala, y muy ligada a la academia, es que creo haber aportado bajo una perspectiva diferente y que, a la vez, representa un segmento importante actualmente dentro de los asociados, posibilitando el acercamiento de otras oficinas externas de un grupo etario que no se siente cercano a la AOA.
¿Cuán diferente fue ver AOA como socia a como directora? ¿Cuál fue el mayor desafío?
Fui una de las “del grupo del prejuicio”, poco cercana y muy crítica. Tal como dicen algunos, no me sentía representada por “un club de Toby”, por lo mismo decidí salirme por muchos años.
Recuerdo haber participado de las primeras reuniones y una principalmente de difusión de los objetivos y captación de adeptos a colaborar en Casa Piedra. No recuerdo bien qué año fue, pero debe haber sido el año 1998 aproximadamente. En ella comulgué con las intenciones plenamente, pero no podía sumarme dado lo joven que era y sin una sociedad constituida, hasta que pude entrar.
Creo que por muchos años no hubo una buena difusión de las actividades y gestiones que se realizaban; quizás no existían los medios económicos y otros con los que contamos actualmente; ni el apoyo de los socios para ampliar las redes. La información que llegaba era muy poca.
Una vez que me invitaron a formar parte del Comité de la Revista, empecé a ver y escuchar más internamente lo que realmente se hacía, y a la vez, a participar de algunos eventos de presentación en los que pude conocer y conversar más cercanamente con algunos directores, administrativos, asociados y partners. Ahí empezó a cambiar mi visión prejuiciada.
Entré a un directorio que estaba terminando un proceso para definir su Plan Estratégico, por lo que rápidamente se determinó un modelo de acciones futuras, donde solo cabe el interés gremial y profesional que representa a los socios y más. Es un plan que difícilmente permite el actual por intereses personales o afines a algunas oficinas en particular.
En cuanto a los desafíos, son muchos. Desde comprender e internalizar la misión de la AOA, a entender que es un grupo muy reducido que se hace cargo y que tiene una responsabilidad enorme, debiendo multiplicarse para participar en cada actividad por un bien mayor y común, todo ad honorem, posponiendo lo personal y profesional.
Personalmente, ¿qué desafíos te representó dirigir un comité?
Enormes y difíciles desafíos. Cambios importantes. Algunos autoimpuestos, otros parte de los procesos y etapa en la que me tocó estar.
En lo personal, llamar a propuesta para un cambio de formato, contenidos y diseño de una revista, en busca de avanzar a una línea editorial. Ello implicó finalmente desvincular al equipo que llevaba años y adherir a profesionales nuevos, junto a tener el apoyo de un Directorio para avanzar pensando en un futuro.
Igualmente sucedió con el Libro AOA 20+: Un pequeño comité específico para lograr un relato con sentido. Ninguno de quienes formamos parte de estos comités es experto en publicaciones, por lo que no fue fácil definir el contenido, formato y diseño en conjunto. Pero, sin duda, creo que lo logramos.
Por último, visibilizar la revista, sus publicaciones y a la AOA creando una cuenta de Instagram y generando una agenda de contenidos: no solo para llegar a más personas, sino que también para mostrar, destacar y educar a través de temas que son de interés general y que finalmente aportan a la cultura arquitectónica.
Considerando los cambios que vivió el país y la profesión en este periodo ¿Cómo crees que se adaptó la AOA a nuevas realidades?
La AOA se adaptó completa y positivamente a la nueva realidad a partir de octubre del 2019, procesando y aceptando posibles cambios que no solo atañen lo económico, sino también exigen definir nuevos objetivos.
Fue interesante el trabajo de la AOA, a través de sus directores, en mesas de reuniones en las que se llevaba años planteando nuevos desafíos y obligaciones, poniendo el énfasis en temas relevantes y no resueltos a nivel país, con una mirada de ciudad más integrada y velando por la importancia del arquitecto en el planeamiento urbano. Desde mi área, incorporando nuevas temáticas relevantes para educar y mostrar otras formas de entender lo diverso, escalar y multidisciplinar, que debe ser esta profesión.
¿Qué experiencias te gustaría destacar de este periodo?
¡Todas! Además de lo mencionado en la respuesta anterior, destaco la labor incansable del Comité Normativo, quienes batallan día a día por analizar modificaciones y lograr hacer ver, entender y asimilar a los equipos, mesas y autoridades, que no todo puede ser analizado bajo aspectos técnicos, sino que requiere de una mirada y visión holística, que es la formación del arquitecto.
¿Cuáles son tus planes en relación con AOA, luego de cumplir tu periodo?
Seguiré en el Comité de la Revista, dejando algunos proyectos aprobados por el directorio con los que me comprometo a colaborar. Pero todo dependerá de la visión del nuevo directorio y principalmente de quien se responsabilice por el área que tuve a cargo. Solo espero que lo avanzado sea una base para perfeccionar a futuro.
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