En esta ocasión, el recorrido también incluyó una enriquecedora visita por la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), obra de José Cruz Ovalle, Premio Nacional de Arquitectura.

Construido a los pies de la Cordillera de los Andes, en la comuna de Peñalolén, la UAI es un símbolo de innovación en el diseño educacional, al replantear la concepción tradicional de los campus y las aulas.

Durante este nuevo recorrido, guiado por el propio José Cruz, el arquitecto enfatizó que la obra se origina como propia y única del lugar, integrando la naturaleza, representada en la precordillera y el valle de Santiago, como elementos ineludibles de cada espacio, convirtiéndose en límites y expansión de estos. Este enfoque tiene un impacto directo y positivo en la experiencia de los estudiantes.

Los edificios visitados, que corresponden al pregrado y posgrado de la universidad, representan de manera notable esta visión. A pesar de formar parte de un mismo conjunto, cada uno desarrolla particularidades que los hacen únicos e irrepetibles.

En ambos recorridos, se contó con la participación de un grupo de 21 arquitectos del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, quienes se encontraban en Chile realizando una gira por la arquitectura contemporánea de nuestro país.

Jorge Marsino, socio de Marsino Arquitectura, consideró la visita a la UAI como un verdadero privilegio: “Se pudo comprobar con el cuerpo y después con la mente, la coherencia entre la obra y el discurso de un arquitecto, que hace de las tensiones dialécticas del habitar múltiple en un fértil argumento para crear emocionantes escenarios arquitectónicos, hábilmente conectados mediante un espacio continuo no homogéneo, que ofrece continuidad al pie y variación al ojo”.

Por su parte, Max Mora, socio de Max Mora Workshop Office, destacó el recorrido en sí, señalando que las dos propuestas arquitectónicas se presentan en un mismo entorno y abordan diferentes enfoques: “Se presentaron dos proposiciones, dos enfoques arquitectónicos en un gran lugar. Son dos obras que se sitúan dentro del paisaje majestuoso de la Cordillera. La perspectiva de la arquitectura global y la arquitectura chilena americana, ambas con su propia esencia: una concebida sin un emplazamiento específico y la otra interviniendo con la fuerza de la naturaleza del entorno”.