Nuestras ciudades bajo el ataque de jaurías de delincuentes que avanzan destruyendo todo a su paso se ha convertido en algo que ya no nos asombra. El laissez faire laissez passer que impera en estos tiempos turbulentos, ¿terminará por fin con nuestros monumentos y nuestro patrimonio arquitectónico, junto con los servicios como el metro, las farmacias y supermercados?
Por ningún motivo, es el momento de recordar el 18-O como un mal día para la paz social, tan necesaria para la convivencia, la tolerancia y la democracia. Fue un mal día para la ciudad. No podemos y no debemos seguir aceptando de brazos cruzados mientras otros pocos violentan nuestro derecho al libre uso del espacio común y público. ¿Hasta cuándo, qué se espera para terminar con esta agresión urbana?
La ciudad es de todos y los ciudadanos queremos hacer uso de ella sin que sea impedido por la violencia y el abuso de bandas organizadas que solo entorpecen nuestro caminar hacia un mejor país. Trabajemos todos por un urbanismo pacífico y de participación ciudadana. ¿Quién podría oponerse?
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir
una red amplia de vínculos con la sociedad.