Araya Arquitectos, el éxito de una oficina lograda a pulso
Contar la historia de Araya Arquitectos es remontarse en la historia hace 13 años atrás, cuando su fundador, el arquitecto y docente, Christian Araya Castro, comenzó su carrera profesional en distintas oficinas adquiriendo el vigor y la experiencia con la que logró dar el impulso a un proyecto independiente y a la creación de la firma que hoy conocemos como Araya Arquitectos, miembro de AOA, y que hoy cuenta con más 416.000m2 en diseño, desarrollo y asesorías, y con más de 164.000m2 de coordinación bajo plataforma BIM.
Un proceso de “creación” y de desarrollo “a pulso”, como define Christian, Araya Arquitectos comenzó con un fuerte foco en los certámenes de arquitectura: “Crecimos con una tríada de investigación, reflexión y de propuesta, que en algún momento nos llevó a hacer casi 12 concursos al año, con resultados muy positivos y con un equipo que apoyó con convicción ese camino. Fue esa vertiente la que nos permitió inicialmente tener visibilidad, madurar y empezar a crecer como oficina de arquitectura”.
En paralelo, Christian Araya desarrolló una carrera docente durante 25 años, perfeccionándose, al mismo tiempo, en estudios de pedagogía, andragogía y didácticas del aprendizaje, además de cursar un máster en territorio y paisaje, lo que le permitió abrir otro canal muy importante, ahora desde la academia: “Surgieron así nuevas oportunidades de difusión y vínculo con oficinas extranjeras y chilenas, mediante publicaciones, charlas y moderaciones en conversatorios con expositores extranjeros, con quienes construimos hasta el día de hoy lazos valiosos como personas y profesionales, estos nuevos lazos potenciaron y permitieron mejorar nuestro ejercicio profesional”, señala.
De esta manera, y con ese abrir de camino, el profesional comenzó a gestionar la idea de postular a concursos de arquitectura, en conjunto con otras oficinas, chilenas y extranjeras; en certámenes nacionales e internacionales, hasta obtener un tercer lugar en Londres. “Fue, desde el inicio, una gestión de buscar asociaciones puerta a puerta, difícil y a ratos agotadora, con días muy duros y en los que a veces daban ganas de parar; una etapa y proceso que hoy agradezco enormemente como persona y profesional, porque nos ha dado el cuerpo y el contenido para ser lo que hoy somos, un estudio con un equipo pequeño pero “boutique”, que se integra con cada cliente y proyecto que tenemos la suerte de desarrollar, activando desde cada integrante del estudio seguimientos y acompañamientos a clientes que nos permitieron conquistar un sello distintivo y valorado para seguir incluso con proyectos en diseño y ejecución en períodos complejos como el de pandemia. Hoy diría que gracias a todo este “hacer ” y “conocer” que la historia nos ha brindado como “oportunidad”, hemos aprendido a posicionarnos estratégicamente frente al mercado, planificar procesos claros y eficientes, y tener el conocimiento de posicionamiento para prever incluso con antelación la dirección y sentido que la oficina debe ir tomando frente a cambios, demandas y escenarios futuros”.
Lo público y lo privado
Con un escenario desafiante activado por la “ansiedad” que activó el fin de la pandemia y la llegada inminente de un nuevo Gobierno, el arquitecto comenta que la oficina pudo vislumbrar el cambio al que se expondrían en el quehacer las oficinas de arquitectura chilenas, considerando una fuerte migración de proyectos privados a públicos a mediados de 2021: “Con esa dirección en mente, nos propusimos como meta abrirnos campo en los proyectos públicos, y para tal fin empezamos a postular fuertemente en licitaciones, con los registros de consultores respectivos en el Ministerio de Obras Públicas inicialmente y después los del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Entramos en esa línea con aprendizajes enormes, porque después de estar muchos años en el área privada, logras comprender, las similitudes y diferencias en la concepción y desarrollo de proyectos, en palabras simples, entiendes que son “caligrafías de proyectos” muy distintas”, sostiene.
Christian señala: “Como arquitectos tenemos que darnos el tiempo para aprender y comprender, más allá del aporte en obras, del lenguaje del proyecto público. En el mundo privado, el cliente plantea una idea, y eres tú como arquitecto el que construye el encargo, y con ello el producto entregable, mientras que en el mundo público es al revés, el proyecto está definido desde el día uno. Este es un ejercicio y acercamiento al proyecto que encuentro positivo – a pesar de su rigidez – porque ya sabes dónde vas a llegar y qué plazos cuentas para lograrlo”. El arquitecto realiza una reflexión muy profunda sobre las carencias en el desarrollo hoy de los proyectos públicos frente a las tecnologías y recursos, y a la vez destaca el abanico de aprendizajes que entrega, lo interesante de rescatar de esta polaridad que hoy vemos en el ·hacer entre lo público y lo privado: “¿Qué pasaría si lográramos hacer el mix de metodologías finalmente entre la parte pública y privada? ¿y pudiéramos conectar un idear y estructurar, con la flexibilidad controlada del ámbito privado y la claridad de productos del área pública? Creo que en ese instante estaríamos camino a un punto de equilibrio muy interesante, más eficiente y responsable para con nuestras oficinas y clientes”.
Fue en el desarrollo de uno de los proyectos del MOP que Araya Arquitectos realizó uno de sus proyectos más desafiantes a nivel nacional, se trata de la Posta de Salud Rural El Divisadero, en la Región de Coquimbo, instancia que define como muy querida: “Cuando te toca ir a un lugar extremo, cordillerano, y sabes que vas a entregar un proyecto a una comunidad donde viven apenas 50 a 80 personas, muchas de las cuales conoces desde el día de la participación ciudadana, de verdad que te toca la fibra más íntima, y logras significar la enorme responsabilidad que adquiere una intervención, que paradójicamente es muy menor respecto de las obras emblemáticas de lugares urbanos, pero con enorme significado y relevancia frente a la escasez”, señala el profesional.
El proyecto fue llevado a cabo a pesar de las condiciones difíciles que debieron considerar, como la escasez de agua potable, difícil acceso y clima extremo: “Este proyecto, como pieza en el territorio, permitió cerrar la actual Plaza de Armas, dotar a la comunidad de una explanada de bailes religiosos frente a la iglesia y entregarles lugares de ocio y encuentro “en sombra” al alero de la obra, conquistando con ello el sentido de pertenencia de las personas al lugar donde viven y con la obra”, puntualiza Christian.
Internacionalmente uno de los logros más importantes para Araya Arquitectos ha sido el tercer lugar, entre 136 propuestas, en el Concurso Internacional de Londres para The British Conference Hall en 2020, lugar que se logró con la participación de la oficina MR Arquitectos, con quienes además enfrentaron varios concursos y proyectos como oficinas asociadas. “Fue la primera obra que planteamos, hace tres años atrás, en madera y en Londres. Definitivamente marcó un antes y un después, porque nos dimos cuenta de que efectivamente somos una oficina de arquitectos que puede dar el siguiente paso, competir hoy a nivel internacional y consolidar nuevas oportunidades de crecimiento”, señaló Christian.
El sello distintivo de Araya Arquitectos
Araya Arquitectos se caracteriza por una fuerte vinculación con los clientes, acompañándolos e integrándolos en los procesos de diseño, generando una relación horizontal para cada etapa del desarrollo con cada integrante del estudio.
En palabras de Christian: “Lo que buscamos siempre desde nuestro oficio tiene que ver con impregnar en cada obra algo de identidad de la arquitectura típica chilena, el vacío del patio interior, el espesor que lo contiene y el espacio intermedio, son conceptos que siempre estamos reinterpretando extraídos siempre de la imagen pregnante de la casona chilena; hoy día, el concepto de patio interior y su retícula de orden, es un regalo de identidad que siempre hemos buscado activar en los proyectos. Lograr que el edificio siempre contenga estas capas de gradualidad de relación, hacia adentro y hacia afuera, es algo muy valioso para nosotros, dado que es en esos lugares, en esos “entre” donde se genera el espacio más activo y enriquecedor, el del ocio, del encuentro, donde generalmente puedes desconectarte, conectar y disfrutar en cada proyecto”.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.