Museo Nacional de Bellas Artes
Esta semana, hemos sido testigos de una nueva agresión a nuestro patrimonio urbano y arquitectónico, relativizada antes, por demandas sociales y, ahora, como “expresiones de arte”. El daño causado el pasado 11 de agosto, a una de las cúpulas del Edificio del Museo Nacional de Bellas Artes, declarado monumento nacional el 30 de diciembre de 1976, refleja la instalada sensación de impunidad en este actuar. El buen estado de conservación del Museo, producto de incansables esfuerzos de mantención y respetuoso cuidado por parte de su administración y en especial de su director, el arquitecto, Premio Nacional de Arquitectura, Fernando Pérez Oyarzun, es ejemplo de una institución sólida y viva. Su daño, es simplemente un acto violento, el que además es constitutivo de delito.
El edificio, que alberga parte fundamental del legado de las principales artes visuales de Chile y del mundo, es representativo y necesario para todos los ciudadanos de nuestro país. Sin diferencias. Sus puertas abiertas y gratuitas entregando y promoviendo cultura, a todos, sin distinción, lo convierten en un faro cultural de varias generaciones. Lo atestigua el importante flujo de visitantes, en particular de jóvenes a sus exposiciones.
Como Asociación de Oficinas de Arquitectos de Chile, condenamos categóricamente este hecho, sin justificación y nos hemos puesto a disposición para otorgar la ayuda requerida, a su director, el Arquitecto Fernando Pérez O. en las tareas de restauración y sanción de este hecho lamentable.
Pablo Jordán Fuchs
Presidente
Asociación de Oficinas de Arquitectos AOA