“Este desafío se hace hoy, como se hizo hace más de 50 años, a través de un concurso público, ejercicio valioso porque invita a todos a proponer y mover los límites, y de esta forma acercarnos conceptual y simbólicamente a un mejor futuro para el país”, comentó.

En el encuentro, dio a conocer, además, la intención de EFE de recuperar la tradición de los concursos públicos “para proveer de propuestas generosas y novedosas para la edificación pública”, razón por la cual el directorio de la estatal acordó que “desde ahora en adelante, nuestras intervenciones en nuestras estaciones, paraderos y edificios relacionados se harán a través de concursos públicos como el que acabamos de realizar”.

Esta visión concuerda con la de la AOA, que trabaja para promover que la edificación pública y privada se desarrolle con mayor transparencia para así garantizar la calidad del encargo, además de estar en sintonía con las necesidades de las comunidades, en el objetivo de estimular la puesta en marcha de los mejores proyectos que se merecen nuestras ciudades.

“Toda obra pública es parte del patrimonio de Chile, obliga al Estado a procurar la mejor obra posible y estamos convencidos que la mejor forma de lograrlo es a través de concursos públicos abiertos y accesibles. Parte importante de nuestra obra pública del pasado está en categoría de inmueble patrimonial protegido por la ley y fue el resultado de los concursos públicos de arquitectura de esos años”, sostiene Marisol Rojas, vicepresidenta de AOA.

Según comenta, en los últimos tiempos, el énfasis en la oferta económica que privilegian las licitaciones, relegaron a la arquitectura a un valor económico en una lista de muchos otros servicios, “donde más importa el precio y el cumplimiento de un complejo y burocrático sistema administrativo que la calidad de los proyectos”, añadiendo que “en los pocos concursos actuales, la primacía de los resguardos económicos y administrativos por sobre la arquitectura, en donde tampoco se garantiza la tuición del autor hasta el final de la obra, han tenido como resultado una cada vez menor participación de los arquitectos”. Por ello, señala, el concurso de EFE otorga esperanzas para retomar la senda de los verdaderos concursos de arquitectura.

Experiencia y conocimiento

La Asociación de Oficinas de Arquitectos cuenta con una vasta experiencia en el desarrollo de concursos. En su estructura de gobernanza tiene un comité dedicado específicamente a este fin, que en estos momentos lidera el arquitecto Cristián Undurraga, instancia que permite establecer redes, crear, administrar y llevar a​ cabo certámenes nacionales e internacionales, cuidando su realización y probidad.

“Los principios que inspiran la organización de estos concursos son: que sean de convocatorias abiertas a todos los arquitectos titulados en el territorio nacional; que tengan un jurado compuesto por profesionales de alto nivel y, en lo posible, en su mayoría por arquitectos; que la convocatoria sea anónima y que los concursantes puedan nominar, a su libre elección, un representante que integre el jurado; y que los resultados sean informados públicamente, además de los proyectos exhibidos a todos los concursantes en una instancia posterior al concurso”, comenta Yves Besançon, past president de AOA e integrante del Comité de Concursos.

El año pasado, además, la AOA junto al Colegio de Arquitectos realizó un conversatorio para analizar tres importantes concursos de arquitectura pública regional: Museo Regional del Ñuble, Biblioteca Regional de los Ríos y Archivo Regional de Valparaíso.

Además del reciente concurso de EFE, la AOA ha participado ya sea organizando u otorgando patrocinio en la realización de concursos que han generado gran interés en las comunidades y la opinión pública, en Santiago y regiones, como Redes Peatonales para Antofagasta, Paseos Peatonales del Centro de Santiago, Edificio Consistorial de Providencia, Academia de Guerra del Ejército, Pabellón de Chile en la Exposición Universal de Milán 2015 y Dubái 2020, Teatro de Las Artes de Panguipulli y Teatro Regional del Biobío, entre muchos otros.