A fines de julio, en este diario apareció un artículo que daba cuenta que en Chile faltan al menos 512.762 viviendas, cifra a la cual llegó el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), considerando dos mediciones: la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional 2020 (438.113) y el catastro que lleva adelante la propia cartera sobre los campamentos y tomas (74.649).
La nota —que presentó una radiografía oficial sobre la falta de viviendas— advertía que la cifra podría ser incluso mayor si se estimaran aspectos cualitativos que la pandemia impidió conocer en el trabajo de campo de la Casen. ‘El déficit habitacional sigue siendo una prioridad nacional’, concluía el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward.
Con todo, consignaba la publicación, el Minvu valora el haber podido avanzar en el instrumento en medio de las dificultades sanitarias y económicas que han golpeado a Chile. Ward remarcó lo prioritario que es para el país enfrentar el déficit, sobre el cual, dijo, ‘las políticas públicas que se han implementado en los últimos gobiernos han permitido una contención. Sin embargo, en lo que estamos enfocados hoy es en la disminución’.
‘Los datos que tenemos hoy son esos y, obviamente, nos damos cuenta de que hay un incremento en la demanda, en la necesidad de generar nuevos instrumentos desde la política habitacional’, agregó el ministro, quien resaltó también el aporte generado por iniciativas como el Diálogo Nacional por la Vivienda y la Ciudad, al que fuesen convocados expertos y otros representantes de la sociedad civil.
Frente a esta realidad tan dramática y compleja, la construcción en seco se alza como una buena alternativa para paliar el déficit de viviendas que existe en el país. Y es que entre las múltiples ventajas que posee este sistema constructivo destacan, además de la mayor calidad de la obra —al ser elementos fabricados en procesos industriales controlados—, los plazos menores y más predecibles, así como control de costos más certero.
Al respecto, el ministro Felipe Ward asegura que la Secretaría de Estado está constantemente analizando la modernización de técnicas constructivas que les permita actuar más rápido y ofrecer soluciones habitacionales de calidad para las familias. ‘En ese sentido, incorporar la construcción industrializada o con elementos prefabricados ha tenido un impacto positivo a la hora de reducir los plazos de entrega de viviendas, pues mejora los procesos, aumenta la productividad, permite tener una construcción más limpia con menos residuos y favorece al desarrollo de una obra más segura. Estamos convencidos de que a medida que más proyectos habitacionales cuenten con una técnica modular, será un factor importante en la atención al déficit cuantitativo de viviendas que presenta el país’.
Gremios
Para José Miguel Correa Alliende, presidente nacional del Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores de Chile A.G., no cabe duda que la construcción en seco puede y debiera paliar el déficit de viviendas que hay en Chile. Reducción en el tiempo de obra, disminución en el costo final, más amigable con el medio ambiente, importante ahorro de agua y energía y que no deja desperdicios, son para él algunos de los atributos de este sistema.
‘Pero para que esto pueda llevarse a la práctica de manera eficiente —agrega—, debe existir una institución que fije y fiscalice el cumplimiento de normas claras e inequívocas que aseguren la calidad de las construcciones en términos de habitabilidad, en particular en las viviendas sociales; esto es, el empleo de materiales y sistemas constructivos que aseguren su adecuada estructuración y una perfecta y comprobada aislación térmica y acústica’.
Ignacio Hernández, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), sostiene que la construcción en seco ya está paliando el déficit de viviendas que hay en el país. ‘Muchas viviendas sociales tienen progresivamente más componentes de industrialización que aplican a construcción en seco y seguirá incrementándose progresivamente, con toda seguridad’.
A juicio de Yves Besançon, también past president de la AOA, dada la rapidez de construcción de este sistema seco y su mejor performance energética, será el material y tipo de construcción del futuro en viviendas sociales y que permitirá además paliar el déficit de vivienda actual. ‘Una de las razones de esto es la rapidez de construcción y en eso estamos al debe en los procesos de levantamiento de viviendas sociales; además, nos debemos hacer cargo de cumplir con los compromisos de obras más sustentables y con certificación ambiental, lo que se logra con certeza con este tipo de construcción industrializada en seco’.
Academia
Para la constructora civil UC Claudia Valderrama, profesora del curso Procesos y Sistemas Constructivos de la Escuela de Construcción Civil UC y doctora en mecánica de la Université de Bordeaux, Francia, la respuesta a la pregunta es mixta, y en la que hay que considerar cantidad y calidad, ‘ya que aún con el avance tecnológico del país, lamentablemente el sector de la construcción mantiene deudas con la calidad’.
Y añade: ‘Si se quiere avanzar rápido en paliar déficit —cantidad—, lo ideal son sistemas industrializados que permiten una producción en serie masificada y en obra más rápida en su proceso de ejecución, pero al considerar la calidad se necesita de mano de obra calificada en todas sus etapas y eso, a veces, puede aumentar sus costos. Y claro, esos procesos industrializados, la mayoría suelen ser en seco’.
Entendiendo la construcción en seco como una oportunidad para industrializar y prefabricar elementos constructivos, Verónica Oyarzún, gerente de Nuevos Negocios CTeC, cree que sin duda esta es una gran oportunidad para acelerar la disponibilidad de viviendas y hacerse cargo, como país, del déficit que hoy existe. ‘Y los beneficios de estas soluciones no solo se ven en los reducidos tiempos de ejecución, si lo comparamos con un sistema de albañilería tradicional, por ejemplo; sino que también implica mejor calidad en las terminaciones y una mejor habitabilidad de los espacios’.
Argumenta que estos sistemas constructivos reducen la generación de residuos en obra, permiten incorporar mejores niveles de aislamiento en sus elementos y disminuyen los riesgos de accidentes de los trabajadores, inherentes a la construcción tradicional. ‘Por lo tanto, la masificación de los sistemas constructivos en seco, además de ser una oportunidad para el país en cuanto a acortar la brecha de viviendas, es una alternativa para mejorar la calidad de vida de sus usuarios y, a su vez, mejorar la productividad del sector construcción’.