Dignidad Urbana
Por Pablo Allard s.; Karen Ulriksen o.; Paula Tuckermann c.;Aamalia Barreda b.; GonzaloMardones v.; Martín Lira h.; Cristián Boza w.; Ignacio Hernández m.;David Rodríguez c.; Cristián Sáez a.; Mauricio Léniz; Yves Besançon p., Arquitectos
El Mercurio
Señor Director:
Como arquitectos y frente a los lamentables hechos que derivaron en la remoción del monumento al general Baquedano, manifestamos nuestra preocupación ante la normalización de la violencia y destrucción del entorno urbano y patrimonial de los barrios centrales de nuestras ciudades.
Más allá de las legítimas demandas sociales -hoy canalizadas por la vía democrática-, es hora de que todos los sectores de nuestra sociedad condenemos y detengamos a esa minoría de antisistémicos que nada tienen que ver con la justicia social.
Nuestras ciudades presentan altos niveles de inequidad, reflejada en las grandes diferencias de estándar, acceso y calidad de áreas verdes, espacios públicos y servicios. Pero nuestros centros urbanos eran la excepción. Hasta el 18-O eran lugares de encuentro cívico e integración, donde convivían vecinos y población flotante de los más diversos orígenes y condiciones; donde el comercio local, grandes cadenas, artesanos e incluso el comercio informal complementaban la amplia oferta de bienes y servicios públicos y privados. Eran barrios de encuentro en la diversidad y el respeto mutuo, donde todos los ciudadanos se sentían con igual derecho a la ciudad y sus oportunidades.
Sabemos que estos espacios son también plataforma para la expresión, conmemoración, demandas sociales y políticas, pero es hora de decir basta ante el daño, deterioro, pérdida de empleos, patrimonio, parques, plazas y paz social para vecinos y visitantes, que por año y medio vienen sufriendo nuestras ciudades. En este sentido, validar, justificar o mantenerse indiferente ante su destrucción es negar la cohesión civilizadora de la ciudad.
Hacemos un llamado a las autoridades políticas de todos los sectores, a los alcaldes y a la ciudadanía para iniciar un plan nacional de recuperación de nuestros centros urbanos, que devuelva la tan demandada dignidad a nuestras ciudades, para que ellas sean la plataforma desde donde podamos coexistir en la diversidad, reencontrarnos en paz y escribir una nueva Constitución.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.