Señor Director;

La relación del Estado y la Arquitectura en países europeos es parte fundamental de la cultura y la creación patrimonial de proyectos arquitectónicos de calidad. Esto no es obra del azar sino de la magnífica organización del sistema de concursos de arquitectura que privilegia los buenos proyectos por sobre los costos más bajos.

La acertada columna de Gonzalo Mardones en El Mercurio, enfatiza sobre la disociación que existe en nuestro país entre las licitaciones del Estado con respecto a los concursos de arquitectura, privilegiados en las primeras los postulantes con menores costos por sobre los mejores proyectos. Esto empeora cuando los organismos públicos llaman a concursos y licitaciones que luego de entregados, los cancelan o los declaran desiertos, despreciando el trabajo gratuito de cientos de profesionales, lo que degrada la fe pública en las licitaciones y concursos del Estado como acaba de suceder en la licitación del Museo Cirujano Videla de Andacollo, según señala el Arquitecto Rodrigo Searle en carta reciente en El Mercurio.