1. «Rotterdam fue bombardeada y destruida por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, igual que otras ciudades holandesas. Se reconstruyó desde las ruinas. Wilhelminapier es ejemplo de un nuevo barrio que se asemeja a un museo de arquitectura moderna. En él se emplazan edificios como el Montevideo, de la prestigiosa oficina Mecanoo, cuya socia, Francine Houben, visitó recientemente Santiago (Otto Reuchlinweg 1008)».
2. «Entre las construcciones que llamaron mi atención están el espectacular edificio de uso mixto diseñado por OMA Architects, De Rotterdam (Wilhelminakade 139), el emplazamiento de la autoridad portuaria World Port Center, diseñado por Foster+Partners (Wilhelminakade 901; PortOfRotterdam.com), y el famoso Hotel New York (Koninginnenhoofd 1; HotelNewYork.nl). En este último, que cobijó a la Misión Tecnológica AOA, se toman los mejores gin tonic de la ciudad en un ambiente muy animado. Este edificio albergó las oficinas de Holland American, línea de cruceros que unía Europa con el Nuevo Mundo».
3. «Otro sector destacable es el área que rodea a la Estación Central (Stationsplein 1). El edificio es espectacular y fue diseñado por un grupo de arquitectos: BC Architects, MVSA y West 8. Desde allí se puede caminar al mercado o Markthal, diseñado por MVRDV (Ds. Jan Scharpstraat 298; Markthal.nl). El paseo guiado por uno de los socios de la firma fue una experiencia alucinante. Para almorzar se pueden aprovechar los altillos de los locales y luego pasar la tarde paseando en bicicleta, recorriendo las calles del centro. Tratar de conversar en las calles o pedir instrucciones es casi imposible, ya que el holandés es un idioma que resulta ininteligible para un lego».
4. «En Wilhelminapier es panorama imperdible almorzar en Fenix Food Factory (Veerlaan 19D; FenixFoodFactory.nl), un food court orgánico que se ubica en su costado. Se trata de un sector de renovación urbana donde las antiguas bodegas del puerto se han transformado en espacios de coworking y son muy apetecidos por los millennials».
5. «Símbolo de la ciudad es el puente Erasmus o Erasmusbrug, de tipo atirantado, que cruza el río Nieuwe Maas para conectar las zonas norte y sur de la ciudad. Con cerca de 80 metros de longitud y un pilón asimétrico de 139 metros de altura, es conocido como ‘El Cisne’. Si no se quiere cruzar a través de él, es recomendable tomar un taxi acuático, ojalá uno clásico de madera».
6. «No se puede estar en Rotterdam sin tomar una cerveza en Locus Publicus, el bar más antiguo de la ciudad (Oostzeedijk364; Locus-Publicus.com)».
Revisa la nota publicada en Revista Domingo.