Prácticamente la mitad de la comunidad de la Región de Antofagasta dice estar insatisfechos por cómo se ha desarrollado la ciudad donde actualmente vive. Un análisis que se desprende de los resultados de la última Encuesta Barómetro del Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la U. Católica del Norte.
En concreto, el 49% de los encuestados se declara “insatisfecho” al ser consultados cuán satisfechos están con el desarrollo de la ciudad donde residen en la región, una cifra que incrementó 6 puntos en menos de un año al compararse con el resultado del sondeo publicados en junio (ver gráfica). en contraparte, un 42% está “muy satisfecho” ante la misma pregunta.
El estudio, de carácter cuantitativo, tomó 707 casos que fueron entrevistados de forma presencial. Se realizó entre el 22 de julio al 10 de agosto del 2022 en las tres capitales provinciales de la región: Antofagasta, Calama y Tocopilla. Los resultados fueron presentados ayer, y están disponibles en la página oficial del IPP. Insatisfacción.
Comparando las tres comunas, la capital regional lidera el porcentaje de personas que se declaran insatisfechas, con un 61% y solo un 36% manifestándose satisfecho en cómo la ciudad se ha desarrollado. En contraparte, Calama y Tocopilla mantienen el mismo nivel de satisfacción ante la consulta, con un 56% y un 42% en cuanto a la insatisfacción.
Para Cristian Rodríguez, director del IPP, la insatisfacción particular de Antofagasta viene de hace tiempo, y no solo responde a la actualidad. “Me acuerdo en la encuesta post estallido, donde preguntamos las causas por las cuales la gente pensaba que Antofagasta había sido unas de las ciudades más afectadas por la violencia durante el estallido social, y una de las razones que daba mucha gente tenía que ver con temas de insatisfacción con la calidad de vida, con el bienestar que había en la ciudad”.
“Es un tema que se arrastra, que viene de antes. Diría que es un tema de las insatisfacciones del desarrollo. Nuestras ciudades dejaron de ser campamentos”, sentencia el académico.
Por grupo etario, si bien en todos los rangos de edad lidera la insatisfacción, los niveles son más altos entre los adultos y adultos mayores. Además, quienes están en los grupos económicos bajos hay un 65% de personas que están insatisfechas con el desarrollo de la ciudad.
“En general, las ciudades del extremo norte del país no han tenido un desarrollo armónico. Son ciudades con altos indicadores de desigualdad, la infraestructura urbana ha llegado más tardía en relación con ciudades del país, aunque esta región sea una de las regiones que más aportan al PIB”, sostiene José Guerra, director de la Escuela de Arquitectura de la UCN.
El académico indica que “la condición de un paisaje y territorio desértico también determina la percepción de la ciudad y región. Para habitar en el desierto, se requiere un proceso de adaptación y de transformación de estos territorios para hacerlos más habitables”.
Mientras, Alberto Texido, académico de la Universidad de Chile y director de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), resalta que, si bien la satisfacción empeoró, “también es sorprendente que mantenga un 42% como piso mínimo de satisfacción. Pese a que hay una mayoría que cuestiona el estado urbano, hay todavía un poco menos de la mitad de la población que se siente satisfecha con el lugar donde vive. Ese es un nivel interesante que permite crecimiento, demuestra una brecha de oportunidades de intervención urbana para superar ese déficit”.
Aun con esto, argumenta que se refleja en los números que “los grupos de bajos ingresos son los que están sufriendo más la baja de estándar urbano”. Calidad de vida.
Otro dato que sobresale el director del IPP es la casi nula variación en la opinión de los encuestados frente a la pregunta “¿Diría que en los últimos 5 años la calidad de vida de usted y su familia…?”, donde el 54% dijo que “permanece igual”, cayendo solo un punto en comparación a junio.
Al respecto, Rodríguez detalla: “¿Quiénes dicen que la vida ha mejorado? Los jóvenes; un poquito Calama, más que en el resto de las ciudades, y obvio que los estratos socioeconómicos altos. En cambios, quiénes dicen que las cosas han empeorado, son las mujeres; los mayores; en las tres ciudades está la tendencia en la población que parejamente dice que las cosas han empeorado, y se concentra en los sectores de menores ingresos, que viven en los lugares con menores servicios, con menor infraestructura y bienes públicos”.
Texido, por su parte, destaca que “en el entre periodos hay un leve incremento de la mejora, pasa de 16% a 17%, no es casi nada, pero es llamativo que mejore”.
Patrimonio
El estudio abordó la percepción de los ciudadanos de si los edificios históricos regionales deberían integrarse a los espacios urbanos de uso de los vecinos. En total, un 45% dijo no estar ni acuerdo ni en desacuerdo.
El académico de la U. de Chile menciona que, “si lo vemos desde el otro lado de la moneda, uno podría decir que hay muy poca oposición al uso de espacios históricos urbanos por la comunidad, más allá que no interese. Eso habla bien, de que hay cierto acuerdo, más allá de que no les interese”.
Texido indica que en el Barómetro se estipula que un 46% piensa que la mantención y recuperación de edificios históricos debe hacerse con una alianza pública-privada: “Los grandes ejemplos de reconversión patrimonial y rescate que ha habido en los últimos años, después de muchos años de abandono, la acción que los recupera es público-privada”.
En tanto, José Guerra precisa que “se puede constatar que la ciudad de Antofagasta ha realizado esfuerzos por mantener vigentes el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Sin embargo, hay grandes desafíos y oportunidades de mejora”.
Más áreas verdes
Finalmente, el sondeo arrojó que un 16% de los consultados opina que se requieren más áreas públicas de esparcimiento, como plazas o parques.
Con todo, Rodríguez concluye: “La persona que venía a vivir a un campamento, a un lugar para trabajar, no demandaba a esta ciudad más cosas, demandaba cosas mínimas. Lo que tenemos ahora son sociedades instaladas, que ven a la ciudad como un lugar donde vivir, no solo donde trabajar. Por lo tanto, le demandan a la ciudad más bienestar, barrios más seguros, barrios con áreas verdes, plazas, servicios, y en eso estamos al debe”.
José Guerra, por su parte, sentencia que se ha “ha conquistado nuevos espacios públicos de recreación, como lo son las playas artificiales y parques cerro mar. Siempre será bueno contemplar más espacios de recreación”. Pero critica que “hay una cultura de poco cuidado de los espacios y monumentos públicos que al poco tiempo de inaugurados. Muchos de estos espacios de recreación también han sido tomados por el comercio ambulante”.
Recuadro
‘Diría que es un tema de las insatisfacciones del desarrollo. Nuestras ciudades dejaron de ser campamentos’. Cristian Rodríguez Director IPP-UCN
Por José Francisco Montecino L.