14 de julio de 2017

ENTREVISTA A FEDERICA PUGLIESE: EXPO MILÁN Y EL PABELLÓN DE CHILE EN LA ARAUCANÍA

Luego de casi un año viviendo en Temuco, la arquitecta a cargo de las obras del Pabellón de Milán comparte o que fue la experiencia en este proyecto y sus expectativas sobre el futuro del Pabellón en La Araucanía.

─Luego de vivir toda tu vida en Milán, ¿qué te ha sorprendido de Chile, particularmente Temuco, una ciudad de nuestro país con una fuerte identidad cultural?

 

Para mí fue un gran cambio de vida. Creo que en Europa todavía no existe una imagen clara de lo que es Chile, básicamente porque está muy lejos y por su misma geografía se puede considerar casi una isla dentro de Latinoamérica. De todas formas, la cultura chilena, en su acepción más amplia, es muy parecida a la italiana, quizás debido a la gran cantidad de inmigraciones europeas que hubo al empezar el siglo XIX, y por eso no fue tan difícil adaptarme a Temuco, ciudad que tiene una fuerte identidad cultural (y es parte de su riqueza). Esta también es una de las razones de porqué se decidió remontar el Pabellón Milán aquí; desde siempre ese gran edificio tuvo la aspiración de ser la “casa de los pueblos originarios”.

 

Lo que me sorprendió de Chile es su riqueza natural: sus paisajes, sus espacios sin límites ni huellas humanas… es algo que en Europa ya no existe por la total urbanización del suelo. Esa grandeza es lo más sorprendente que encontré recorriendo el país de norte a sur.

 

─¿Cuáles han sido los principales desafíos técnicos que se han debido afrontar para la reconstrucción del Pabellón en Chile?

 

Hay que considerar que el Pabellón en Milán fue concebido para una Exposición Universal de seis meses; mientras que su reconstrucción en Temuco es una obra que va durar para siempre, lo que implicó afrontar algunos desafíos técnicos que no se consideraron en su primera etapa en Italia. Por ello, el tema más importante –y también muy característico de Chile– es el sísmico; como el cálculo estructural hecho en Italia no se ajustaba a la normativa antisísmica chilena, y para no hacer cambios importantes en la estructura (que es la piel misma del edificio), tuvimos que agregar aisladores sísmicos en las fundaciones. Ese cálculo fue realizado por una empresa chilena con varios años de experiencia y nos permitió mantener la imagen exterior del Pabellón que todos recuerdan desde la Expo en Milán.

Otro aspecto que tuvimos que abordar es el clima: las condiciones de Temuco son muy difíciles y el edificio, hecho enteramente en madera, necesitó un ajuste. Todas las vigas de madera, antes del montaje, recibieron un tratamiento de lijado, reparación y pintura para que quedaran protegidas. Por la misma razón el Pabellón en Temuco lleva un techo (transparente) en la parte más alta de la estructura y un cierre totalmente transparente en el primer piso. Además, todas las fachadas terminadas en madera fueron selladas.

 

─¿Notas diferencias en el modo de trabajo entre Chile e Italia?

 

Sí. Yo fui la ITO (Inspectora Técnica de Obras) en Milán y ahora estoy a cargo de la construcción en Temuco, y puedo confirmar que existen diferencias en el modo de trabajo. La construcción en Chile en general ha sido más demandante, sin embargo la cantidad de personas involucradas ha sido mucho mayor. En Chile se nota más disponibilidad de mano de obra, a todos los niveles.

 

─Las obras del Pabellón Milán han recibido gran atención del público en La Araucanía ¿cuáles creen que son las expectativas que la región ha puesto en este proyecto?

 

Ese proyecto ha sido definido un “proyecto país” y La Araucanía es la región más pobre de Chile. ¡Eso ya lo explica todo! Yo creo que para la Región el hecho de tener ese edificio-símbolo es una gran oportunidad. Por eso las expectativas son altas; se espera que el Pabellón, junto con la explanada también diseñada por Cristian Undurraga, sean un polo atractivo y un centro de intercambio cultural y de recreación para todo tipo de público. Creo que este proyecto tiene la fuerza para transformarse en un hito turístico de La Araucanía a nivel internacional.

 

─¿Cómo crees que el Pabellón Milán puede aportar al desarrollo de la ciudad de Temuco?

 

El Pabellón Milán se podrá identificar como un monumento, en su acepción más amplia, mientras que a escala urbana el proyecto impactará a la ciudad con la recuperación del barrio cívico, la ejecución de una explanada abierta al público y el potenciamiento del eje de la calle Arturo Prat que conecta la Plaza de Armas con el Cerro Ñielol.

 

También es cierto que las actividades que se programarán en el Pabellón serán un gran aporte cultural y artístico. El aspecto turístico también se beneficia, ya que se generarán flujos de personas que pasarán a Temuco justamente para visitar el Pabellón. Además, el edificio podrá ser una buena vitrina de todas las virtudes de la Región, tanto productivas como artesanales. Todo eso va aportar mucho al desarrollo de la ciudad y, a largo plazo, a toda La Araucanía.

 

Revisa el artículo de la Expo Milán aquí.

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