Espacio público y significado
Por Pablo Jordán
Arquitecto AOA.
El Mercurio
Duele en estos días la sistemática destrucción y ataque a nuestros bienes públicos urbanos, en particular de la infraestructura de transportes y el espacio público. Los mismos bienes que, construidos por todos, son además la expresión más clara de nuestra comunidad. En estos días, en que se demandan cambios profundos en las formas de nuestra convivencia, apuntando como ejes principales hacia la dignidad del ciudadano, hacia una mayor equidad, integración y solidaridad entre nosotros, no es comprensible la ausencia de un juicio crítico sobre la destrucción de nuestras plazas, avenidas, calles, parques y monumentos, los que no solo otorgan espacio, sino significado a nuestra sociedad.
Los espacios públicos emblemáticos lo son justamente porque en su forma, diseño, nombre y monumentos han sido capaces de contener y de representar elementos de significación social, sean estos históricos, políticos, institucionales o memoriales. Son estos lugares públicos los que dan identidad y significado a nuestras ciudades y a la sociedad. Los que además de ofrecer espacios de reunión o recreación, de dar estructura a la forma urbana, de permitir la circulación y comunicación entre nosotros, resumen nuestros valores, reconocen a quienes se han destacado, y actúan de memoria social y patrimonial.
En estos días hemos sido testigos de cómo nuestras ciudades, y casi sin exclusión todos los espacios significantes de ellas, pierden estos valores cívicos, los que son reemplazados por la única dimensión de territorio de la confrontación social. De cómo el propio medio sobre el cual se expresa la población es destruido. Al romperse los códigos de significación y lectura de nuestras ciudades, sus habitantes quedan desprovistos de raíces, de orientación y de su sentido de pertenencia.
La tarea de reconstrucción de esta red de conectores de nuestra sociedad demanda no solo su reparación física. También, y con igual o quizás mayor importancia, la valoración de su capacidad de contener significado, y de este modo restaurar su valor simbólico. Su reparación es también, conceptualmente, una oportunidad para la expresión social y colectiva contemporáneas. Es innegable el potencial y rol de nuestros espacios públicos de representar y significar, de ser instrumento urbano de cultura, convivencia e integración social.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.