Los estadios de hoy son construcciones modernas que incorporan espacios cómodos y de estándares internacionales. Sin embargo, las exigencias de su uso no se deben limitar solo a una actividad deportiva, sino que se debe aprovechar como espacio público y para eventos culturales o sociales.
Desde la Grecia Antigua que los recintos deportivos mantienen similares exigencias en su diseño y arquitectura, con requerimientos básicos y elementales como poder ver y oír bien. La buena visión desde cualquier lugar, en cualquier recinto deportivo o auditorio es una cuestión fundamental, como también, la búsqueda de sombra y la comodidad ambiental, de manera de lograr buena ventilación en la cancha, escenario y en las graderías.
Sin embargo, Gonzalo Mardones, arquitecto perteneciente a la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y miembro honorario del Instituto Americano de Arquitectos (AIA), indica que, si décadas atrás los estadios tenían un diseño similar, hoy se han incorporado nuevos elementos de acuerdo a nuevas necesidades y exigencias. Y una de estas nuevas exigencias se relacionan con la globalización de los deportes y espectáculos. «Esto ha llevado a que muchas veces se levanten exageraciones arquitectónicas de millonarias inversiones en espacios de poco uso y que luego quedan abandonados. Por ello, una cuestión fundamental, es que estos lugares puedan, a través de usos mixtos, funcionar en forma habitual y no como el común de los estadios, cada 15 días. Estas instalaciones deben ser plazas abiertas y ocupar sus bordes como lugares de encuentro diario, de cultura, entretenimientos y de comercio», explica el arquitecto.
Asimismo, la comodidad de un recinto no solo depende de su diseño, sino que también por su mobiliario y equipamiento. «Hace pocos años, gran parte de los estadios y gimnasios funcionaban con simples tablones de madera en sus tribunas y galerías. Hoy las butacas han permitido mucha comodidad y mejores aforos», destaca Gonzalo Mardones.
En esa línea, Óscar Donoso, gerente Comercial de CHILESEATING indica que no existe una butaca ideal para todos los estadios. «Cada recinto es particular, depende de la arquitectura y debe además contemplar aspectos tan importantes como el clima. Por ejemplo, en el estadio de Iquique, la humedad es extrema y se debió emplear anclajes espedales que no se oxidan y garantizan su estabilidad por al menos 15 años; o en zonas lluviosas, los desagües de las butacas no pueden fallar o los asistentes se sentarán en butacas mojadas», dice el ejecutivo.
Fuente: Edición Especial Pulso
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