Fuego en navidad
Por Yves Besançon
Past president AOA.
Foto: Agencia Uno.
Los cerros de Valparaíso nuevamente fueron azotados por el fuego y como una crónica de una muerte anunciada, nuevamente se comprueba que hacemos oídos sordos a las lecciones aprendidas hace tres años y más. Ser propietario de una vivienda involucra sueños, costumbres, familia y el refugio en donde me siento seguro y protegido.
Esto para algunos chilenos no es así ya que siempre sufren la precariedad de territorios afectos a emergencias que muchas veces se transforman en tragedias como ocurrió nuevamente en Valparaíso. La pregunta es: ¿Deben esas familias continuar viviendo en el mismo lugar en el que sistemáticamente suceden estos graves problemas de inclementes incendios y sin previsión alguna por parte de la autoridad? La respuesta a esa pregunta es otra pregunta: ¿Quién no quisiera continuar viviendo en el lugar en donde han crecido sus familias, en donde hemos construido nuestros sueños y en donde nos sentimos a pesar de todo seguros y protegidos?
Por supuesto que, en mi opinión, la respuesta es un rotundo sí, aunque parezca un delirio sentimental o un romántico deseo que parece un descriterio o una irresponsabilidad.
El problema es otro, el problema es que tenemos que ser capaces de entregar a las familias chilenas, donde sea que vivan, nuestra preocupación y empatía para entregar todo lo que les falta para que estén seguros y protegidos.
Nuestras ciudades son el mejor lugar para vivir y es allí en donde crecemos, socializamos, estudiamos, trabajamos y construimos familia, además de lazos y redes de trabajo y amistad. Es por ello que no podemos excluir a nadie y debemos concurrir con los medios que sean para que disfruten de todos los beneficios que otros hemos tenido el privilegio de tener.
Hay que intervenir las quebradas de Valparaíso, transformar esos espacios que son basurales en espacios públicos para los vecinos, mejorar la infraestructura vial y peatonal y mantenerlos como cualquier otro espacio público, esto es, limpios, ordenados, con árboles y áreas verdes y de descanso. No hay razón alguna para que el Municipio y el Estado inviertan por cada habitante de los barrios, comunas y ciudades en forma diferente, todos valemos lo mismo y la inversión en ciudad debiera ser igual por habitante, se viva donde se viva.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.