Que algo tan básico como aprender a nadar sea accesible para toda una comunidad o que un barrio completo, antes degradado y en hacinamiento, pueda tener un colegio, áreas verdes y paseos. Y que un proyecto inmobiliario done parte de su espacio a la ciudad en vez de restarlo son, sin duda, señales de la ruta correcta en el modo en que queremos construir ciudad hoy: considerando el entorno y la calidad de vida de las personas. Aquí tres categorías ganadoras del Premio Aporte Urbano 2020.
Mejor Proyecto de Equipamiento o Edificio de Uso Mixto
Nadar en el fin del mundo: Piscina Semiolímpica de Puerto Natales
Mandante: Gobierno Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena – Dirección de Arquitectura MOP
Constructora: SALFA.
Arquitecto: Rodrigo Velásquez Pérez.
Suena extraño, pero el clima extremo no lo permite. “Cerca del 90% de las personas no sabe nadar y no tiene ninguna posibilidad de llegar a una piscina techada y temperada”, explica Martín Urrutia, subdirector de Arquitectura del MOP de Magallanes, organismo mandante en la realización de este megaproyecto de 4 fases, de las cuales la piscina constituye solo la segunda etapa. “Nos quedan la pista y la cancha de tenis”, detalla. Lo interesante de esta propuesta es que responde a varias necesidades a la vez antes no cubiertas. Por un lado, es pública, para uso y goce de la comunidad; califica para competencias deportivas internacionales –un punto más de atractivo turístico para la zona– y, finalmente, cuenta con equipamiento de alto estándar en accesibilidad. Es, como analiza Urrutia, “infraestructura pública como detonante de una serie de otros aspectos sociales de desarrollo urbano”. Si a eso se suma diseño arquitectónico, completamente transparente, se entiende que fuera escogido ganador. Como explica Mónica Álvarez de Oro, jurado y presidenta de la AOA, “tiene un montón de aspectos superpremiables: clases de natación a niños que de otra forma no sabrían nadar, hay un tema social muy fuerte, está enfocado en personas vulnerables, en un territorio de Chile bastante abandonado y además es un muy bonito proyecto de edificación; podría estar en cualquier parte del mundo y sería un excelente edificio”.
Mejor Proyecto Inmobiliario de Densificación Equilibrada
Generosos con la ciudad: Ñuñoa Vida
Mandante: INMOBILIARIA NORTE VERDE.
Constructora: ECHEVERRÍA IZQUIERDO.
Arquitecto: SERGIO PEREIRA, FRANCISCO BASCUÑÁN, YAIR ARAYA, PABLO GODOY y GONZALO CASTILLO.
Que un proyecto inmobiliario le convide parte de sus m² al entorno no es común. La gracia de este proyecto es que a través de una plaza abierta a la calle y un puente que conecta sus dos edificios genera aire y descomprime un sector que de otro modo se habría visto saturado visual y demográficamente. Como dice Sergio Pereira, arquitecto de Norteverde, como inmobiliaria tratan de poner énfasis en el diseño y el aporte hacia las comunidades. “Eso no deja de lado que sea un proyecto rentable, pero también lo es socialmente y para los ocupantes. Hicimos una operación arquitectónica en la que damos vuelta una de las torres y nos queda esta plaza esquina que articula el barrio”. Como explica Pilar Giménez, jurado PAU, secretaria ejecutiva del CNDU, “la liberación del espacio a nivel de la calle, la plaza que se integra, la esquina que se abre, son elementos que hacen que finalmente se construya un espacio público superinteresante y muy generoso con la ciudad”. Este proyecto genera la reconversión de un sector industrial, agregando vivienda y servicios básicos; entre otros, alcantarillado.
Mejor Proyecto de Integración Social
Regenerar el tejido urbano: Plan Maestro Las Viñitas
Mandante: SERVIU Metropolitano.
Constructora: OVAL.
Arquitecto: Favio Salguero Ipinza.
Donde antes había 1.029 viviendas de unos 30 m2 , hoy hay 570 del doble de tamaño. Este proyecto en Cerro Navia, con un total de poco más de 32.952 m2, cohesiona e integra socialmente un barrio antes completamente degradado y desprovisto de los equipamientos básicos. Como explica Cristina Carrió, de Fundación Techo, jurado invitada, el criterio para escoger Las Viñitas como ganador PAU 2020 tiene que ver con “un gran esfuerzo a nivel territorial: eran más de mil familias hacinadas en un sector y se decidió hacer un proyecto de renovación, no solo de las viviendas, sino también del entorno. Se consideró ese esfuerzo de reconvertir un sector dotando además con un colegio y otra serie de equipamientos, produciendo viviendas de calidad para estas familias. Hubo todo un proceso social de trabajar con ellas, no solo las que se quedaron, sino también las que tuvieron que buscar una solución en otro lugar”.
Favio Salguero, arquitecto de Constructora Oval, a cargo del proyecto, detalla que fue una intervención multisectorial, dirigida principalmente por Serviu; el primer proyecto dentro del plan de regeneración que se aplica en distintas comunas de Chile. “Lo postulamos como integración social porque efectivamente es integrar a la ciudad una zona que pasó a ser en algún minuto un bolsón de explosión urbana. Se reincorpora un área degradada, elevándole el estándar respecto al área que la rodea, con equipamiento, áreas verdes, mejora en la infraestructura vial y soluciones habitacionales con miras acordes a la nueva política habitacional: mejores metrajes, mejores soluciones constructivas, mejoras de la envolvente térmica, por ejemplo”.
La Tercera MasDeco
Por Macarena Sánchez
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