Institucionalidad apropiada
Por Julio Poblete, arquitecto socio de DUPLA y director de la AOA
Publicado en La Tercera, el lunes 28/11/ 2011
GRAN NOTICIA para la ciudad es la implementación de cinco nuevos parques urbanos que en total sumarán 150 hectáreas nuevas de áreas verdes para 2013. La gestión y mantención de estos parques recaerá sobre el Servicio Parque Metropolitano, dependiente del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, que no sólo administra el conocido Parque Metropolitano (que comprende el cerro San Cristóbal y su sistema montañoso), sino otros 15 parques más en la Región Metropolitana. Duplicar las obligaciones de gestión y mantención, sin considerar al San Cristóbal, ameritará no sólo un aumento presupuestario para este servicio, como lo han comprometido ya las autoridades, sino también un ajuste de la institucionalidad que permita adecuar el modelo de gestión y de gobernanza de dichos parques.
Implementar, gestionar y mantener parques urbanos no es tarea fácil. Los costos de mantención, especialmente asociados al riego, son altamente onerosos, además de la permanente labor de horticultura, jardinería e inversiones en mobiliario y equipamiento. El desafío mayor es mantener el libre y gratuito acceso público, equilibrado con una deseable mantención y decoro.
Dado ese escenario, en el mundo se han inventado diversos modelos de gestión para la administración de las grandes áreas verdes urbanas. En Estados Unidos, por ejemplo, tenemos casos de privatización total en la administración de un parque (Bryant Park), gestión con financiamiento público y privado (Central Park), y también los tradicionales parques sostenidos por el municipio, que ahora siempre tienen a su lado un grupo defensor habitualmente llamado grupos de amigos del parque, que con una nula o escasa participación en el financiamiento, son especialmente activos y eficaces en definir, junto a la autoridad, los destinos de corto y largo plazo de esos espacios.
Las complejidades asociadas a estos 21 parques, que incluyen 720 hectáreas de cerros en medio de la metrópolis, como el futuro parque fluvial Renato Poblete, el nuevo parque inundable del Zanjón de la Aguada, o el parque La Hondanada, de 25 hectáreas, en construcción en Cerro Navia, hacen necesario un foco, una especialización y un modelo ad-hoc que aseguren la sustentabilidad de dichos parques en el tiempo.
Así como en los años 90 se desarrolló el Programa de Parques Urbanos del Ministerio de la Vivienda, hoy existe la oportunidad de avanzar en la creación de una orgánica distinta de funcionamiento para ellos y para los que vendrán. Una lógica nueva que aborde los temas de financiamiento, pero, asimismo, incorpore variables de gestión público-privada, involucramiento de la comunidad y gobernanza urbana, gerencias individuales por parque que reporten a directorios exigentes, y planes de desarrollo de largo plazo que protejan y agreguen valor al activo urbano en el tiempo. En otras palabras, que el Servicio Parque Metropolitano se transforme en un Servicio de Parques Urbanos, con una estructura descentralizada de gestión por parque, y donde quien administra tenga plenas potestades para tomar decisiones sobre el inmueble, en un modelo ejecutivo, pero con contrapesos colegiados que integren a la comunidad.
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