Señor Director:

Bajo este concepto, recientemente un grupo de autoridades, académicos y representantes de la sociedad civil se reunieron para reflexionar sobre la demanda por vivienda, sus horizontes y opciones de solución.

El panorama expuesto, que eleva el déficit oficial de viviendas de 650.000 a 1.320.000 para fines de la década, ilustra la relevancia que tiene la caída en la producción habitacional, asociada, entre otros factores, a la contracción económica, alza de los costos, la creciente burocracia que desemboca en la extensión de los plazos de permisos o recepciones, la falta de suelo y regulación urbana, y procesos migratorios.

El tema es multifactorial y no debe tratarse solo como un problema de dotación de asistencia habitacional bajo el marco de una emergencia, sino en la mirada de una crisis, la cual, ineludiblemente, se asocia a la ciudad y sus mecanismos de planificación y construcción; y, de forma principal, a la existencia de políticas de Estado en la materia, con ángulos como suelo, financiamiento, tipologías, estrategias locales, innovación constructiva y normas especiales.

Nuestra asociación ha entregado al Minvu propuestas tácticas orientadas a complementar el Plan de Emergencia Habitacional, que van desde lo administrativo hasta acciones normativas para la regeneración de sectores urbanos, impulso a grandes proyectos de reconformación urbanística de instalaciones o infraestructura en desuso y articulación del desarrollo urbano con corredores de transporte, entre otros.

La ciudad da para mucho más. Depende de nosotros, con liderazgos efectivos, articular los esfuerzos para una concepción integral de la tarea.