La actual vicepresidenta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos cumple su periodo como directora y va por la reelección.
Marisol Rojas es arquitecta de la Universidad Central y magíster en gerencia y políticas públicas de la Universidad Adolfo Ibáñez. Cuenta con una extensa carrera dedicada al desarrollo de la ciudad, en la que destacan su rol como Seremi de Vivienda y Urbanismo de la Región Metropolitana y en el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano.
En AOA también lidera el Comité Normativo, instancia que está en constante desafío por el panorama actual, donde se conjuga un escenario de incerteza jurídica, la emergencia por el déficit habitacional y un nuevo proceso constitucional.
En esta entrevista, Marisol nos da su visión ante un 2023 -con diversos temas a tratar- y comenta sus motivos para repostular al directorio AOA.
¿Cuáles han sido los hitos en el trabajo dentro del Comité Normativo?
Asumí primero el Comité de Vinculación Social, de más reciente creación, y después el Comité Normativo. Este último, especialmente el año pasado fue súper activo, porque se generaron muchos hitos e instancias de participación.
El primer gran tema o el primer gran desafío que se planteó en AOA fue el enfrentamiento de la crisis habitacional. Nosotros la vemos no solamente como un déficit de vivienda para las familias más vulnerables, sino también como un problema de acceso, donde no solamente están las familias más vulnerables, sino también la clase media. Es un sistema que está en crisis.
A complemento de lo que propone el Ministerio de Vivienda, creemos que las propuestas tienen que ser integrales. El Plan de Emergencia Habitacional está muy centrado en el momento, donde el Estado es el gran ejecutor y hay una parte importante, con el resto de los proyectos habitacionales, que deberían fluir también: y no solo para que haya una solución a las familias, sino también para que se produzca una reactivación económica. Hemos tenido una muy buena recepción con nuestras propuestas AOA para enfrentar el déficit habitacional.
En el Comité hemos hecho también un trabajo permanente (se puede revisar en Actualización Normativa) a través del análisis de distintas instancias, levantando la voz, con un trabajo dedicado, cuando creemos que algo se puede mejorar. No estamos en desacuerdo en que se establezcan reglamentaciones estrictas y cumplirlas, lo que pedimos es que sean normas donde el diseño las recoja y donde la arquitectura tenga espacio para hacerse parte de la solución.
En el trabajo normativo, cuando identificamos que hay alguna temática que requiere una circular pedimos al Ministerio que se pronuncie, luego buscamos que quede claro o incluso podemos manifestar nuestro desacuerdo con alguna interpretación. Hemos recurrido a distintas instancias, en algunos casos nos ha ido bien y en otros no hemos tenido el resultado esperado, pero al menos hemos logrado zanjar temas atingentes a nuestro ejercicio profesional.
El año pasado, por ejemplo, trabajamos fuertemente con la nueva Ley de Copropiedad Inmobiliaria que generó un remezón en la aprobación de los proyectos.
El panorama de incerteza se asocia mucho con la gestión y la tramitación de permisos: necesitamos normas ágiles y sólidas. Ahí entramos fuertemente como comité normativo en levantar esta parte de este diagnóstico y proponer soluciones para mejorar nuestro sistema de aprobación de proyectos.
¿Cómo ves a la AOA en estos 25 años de vida?
Mirando en perspectiva estos 25 años -y recogiendo mi experiencia como Seremi- creo que hoy en día, la AOA es un actor relevante en las consultas y en las propuestas en materia de política pública, de arquitectura y urbanismo.
Puede ser que nos falte un poquito más de llegada a nivel regional. Todavía claramente centramos mucho nuestros objetivos y problemas en la Región Metropolitana, porque está acá el Sistema Nacional, pero también tenemos que llegar a las autoridades locales.
Actualmente somos consultados prácticamente en todas las instancias atingentes, desde las distintas autoridades, a otros actores, como las asociaciones. Tenemos una posición en donde realmente creemos que estamos influyendo positivamente en la política pública.
¿Cuál es tu balance de la asociación siendo vicepresidenta de la AOA?
Mi elección como vicepresidenta fue bien simbólica: yo no tengo el típico perfil de los socios y directores que históricamente han sido el arquitecto que diseña, el autor de las grandes obras reconocidas.
Nunca va a salir una obra mía en una revista porque yo no me dedico al diseño en la arquitectura, yo me dedico principalmente a la planificación urbana, a los planes de ciudad y trabajo mucho en la política pública, en materia de arquitectura y urbanismo.
Creo que ese cambio de switch llamó la atención, junto con la elección de Pablo Jordán como presidente. Tenemos un trabajo bien similar, él es especialista en Planificación y Gestión Urbana, en Diseño Ambiental y en Vivienda Social, con experiencia en Chile y en el extranjero. Ha trabajado desde el sector privado, yo desde el público; entonces, logramos generar esta alianza bien especial, y nos planteamos también estos desafíos en este sentido para el accionar del directorio, pero sin abandonar lo que para todos los socios es importante, que son las obras.
¿Qué perspectivas tiene para el trabajo, considerando el panorama de incerteza jurídica que se mantiene?
Identifico que hay al menos tres ejes y que tienen orígenes distintos: de algunos podemos hacernos cargo, de otros no.
Hay una incerteza que viene desde la autoridad. Un proyecto puede cumplir las normas, pero aún así no gustarle a las autoridades. Ahí el problema no es normativo, entonces el desafío está en favorecer que nuestro sistema sea transparente y funcione.
Otro eje tiene que ver con aquellas normas que efectivamente no están claras, y ahí estamos constantemente revisando, proponiendo, atentos al sistema regulatorio. La tarea tiene que ver con colaborar para establecer ciertos grados de equilibrio y también reconocer que como arquitectos no solamente está bien el hecho de cumplir la norma, sino que debemos tener estándares mínimos propios.
El tercero está asociado a la gestión: a lo difícil que es obtener un permiso de edificación, una recepción municipal, una autorización y ahí ese tema también está entrampado. Muchos de nuestros arquitectos no logran obtener sus permisos y sacar adelante los proyectos. Hay un estancamiento sistémico.
Este año tendremos otro proceso constituyente, ¿cómo debería relacionarse o comunicarse la AOA frente al tema?
El primer proceso ya está concluido. Como AOA pedimos a todas las comisiones exponer nuestra visión y la verdad es que no nos consideraron como esperábamos. Tenemos la esperanza de que este sea un proceso realmente de una escucha más transversal y abierta.
Sin sesgos y en ese sentido, nuestra postura se mantiene, respecto de solicitar reconocer a las ciudades y los pueblos en la nueva carta magna.
¿Te vas a re postular? Si es así, ¿Qué te motiva a tomar esta decisión?
Me quiero postular, principalmente, porque todavía tenemos hartas tareas.
Empezamos el año pasado, pero ahora iniciaremos un trabajo fuerte de modificación a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción a partir del Decreto de Calidad, como resultado de nuestra participación en una mesa multigremial.
Mi objetivo principal es lograr sacar adelante la modificación al Decreto de Calidad: si bien es facultad exclusiva del Ministerio de Vivienda, creemos que con nuestro trabajo y empuje puede salir adelante. Es necesario. Sabemos que el foco del Minvu es la emergencia habitacional, pero no podemos dejar de lado el resto del sistema.
Como parte del trabajo del Comité Normativo, se viene la implementación de la Ley de Copropiedad Inmobiliaria: Hicimos muchas observaciones al reglamento y sabemos que el Ministerio está trabajando en él, sobre todo los temas urbanísticos.
Otro tema que se viene es la reglamentación de los Pasillos Protegidos: estamos haciendo una propuesta de modificación a la OGUC que permita reconocer, dentro del diseño, una norma que regule de mejor manera tanto en los pasillos protegidos como la seguridad contra incendio hacia el exterior o entre unidades, pero por el exterior.
Y en materia de política habitacional, quiero también seguir insistiendo en la implementación de nuevas estrategias o formas para revertir el débil habitacional. Tenemos una agenda importante.
¡El paisaje de Río de Janeiro sorprende! Su exuberante geografía hace de Río una ciudad única, constituida a través de una serie de capas. Una primera capa natural que domina el paisaje con una topografía sinuosa, acompañada de una densa vegetación que baña el entorno de diversos tonos verdes, además de una serie de imponentes piedras que se posan como hitos en la ciudad.
Sobre esta capa natural se entretejen infraestructuras artificiales que permiten crear el territorio de la ciudad: Rellenos, contenciones, puentes, caminos y elementos arquitectónicos que facilitan la habitabilidad de la ciudad.
Por último, una diversa capa social que enriquece día a día la cultura de Río con sus comidas, sonidos, colores y múltiples contrastes y problemáticas, destacando la hospitalidad local.
Río de Janeiro me sorprendió con su capacidad de adaptarse al territorio y su rica cultura consolidada a través del tiempo, ¡Sin duda una ciudad que hay que experimentar!
Misiones AOA
Como parte de las actividades que realiza el Comité de Globalización y Misiones, estas instancias son reconocidas como encuentros de integración, que permiten la actualización de conocimientos y la vinculación de valor entre profesionales, tanto asociados como partners y cercanos a AOA.
Existen tres tipos de ellas: Las Misiones Histórico Culturales, que promueven el conocimiento de la arquitectura latinoamericana y han tenido como destinos anteriores, las ciudades de Buenos Aires, Montevideo, São Paulo, Bogotá y Quito, entre otros. Las Misiones Tecnológicas, que han llevado a los profesionales a destinos como Emiratos Árabes, Países Bajos, Países Escandinavos y Oceanía, y desde el año pasado, se sumó la Misión Patrimonial, cuyo objetivo es relevar el patrimonio cultural en Chile y cuya primera edición se dirigió a Lota y Concepción.
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