Ante descontrolado avance del comercio ambulante en el sector aledaño a Estación Mapocho
Por ser “foco de delincuencia”, Metro cerrará un acceso de la estación Puente Cal y Canto
Urbanistas ven la medida como una “renuncia del Estado” al combate contra las incivilidades. Entrada norponiente será clausurada a partir de las próximas semanas por constante violencia y presencia de vendedores informales.
Los alrededores de la estación Puente Cal y Canto, de la Línea 2 de Metro, se han transformado en un punto crítico de inseguridad para la comuna, según reclaman vecinos y advierten las autoridades.
La instalación de cocinerías ilegales, incivilidades y delincuencia han complicado el libre tránsito y la seguridad de los pasajeros, algo que preocupa considerando que la estación del centro de Santiago alcanza una afluencia diaria promedio de casi 66 mil pasajeros.
Esto forzó a Metro y a la Municipalidad de Santiago a evaluar el cierre de uno de los accesos de la estación insigne de la línea amarilla.
“Estamos trabajando en un plan de mejoramiento del entorno de la estación Cal y Canto. A raíz de esto, una de las primeras acciones a realizar será la de cerrar uno de los portones del acceso ubicado en Av. La Paz, sector norponiente”, sostiene Pamela Barros, gerenta de Operaciones de Metro.
Explica, además, que la decisión se fundamenta en que “dicho acceso, por ser menos transitado, se ha convertido en un foco de delincuencia y de uso indebido por algunas personas”.
Aún no existe una fecha de inicio o plazo de término definitivo para concretar esta medida, pues la vocera de la estatal asegura que “dependemos de una serie de coordinaciones con la Municipalidad de Santiago, quienes también trabajarán mejoras en la superficie. Sin embargo, se estima que el cierre podría concretarse la próxima semana o la subsiguiente, lo que estaremos informando por nuestros canales de comunicación”.
Con todo, enfatiza, la intervención se realizará “con el objetivo de erradicar estas actividades irregulares y mejorar la seguridad de nuestros usuarios (…).
El otro portón del mismo acceso, así como los accesos más concurridos en Av. La Paz – sector oriente— y el resto de la estación permanecerán habilitados”.
“Un nivel de inseguridad enorme”
El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, afirma que este es el acceso “más complicado” de la estación, ya que “en la noche, sobre todo, hay un nivel de inseguridad enorme; por lo tanto, estamos buscando alternativas, como cámaras de televigilancia nuestras en el exterior, y junto con el gobernador Claudio Orrego generar una dotación especial de personal de seguridad para el barrio Mapocho-La Chimba, y también ver cómo reordenamos el funcionamiento de esos accesos en particular”.
El jefe comunal asevera que también están evaluando “un cierre perimetral de la estación, con horarios segmentados, y analizar si vamos a mejorar los horarios de funcionamiento, si vamos a implementar medidas de seguridad extraordinarias fuera de esa entrada de la estación Cal y Canto por calle Puente”
Asimismo, el edil sostiene que “queremos que no se produzca esta zona de impunidad donde los delincuentes delinquen dentro del metro. El personal de Metro no se puede mover diez metros más allá de la salida, o delinquen afuera y el personal nuestro no ingresa, en eso estamos trabajando”.
Finalmente, Desbordes reconoce que “en varias estaciones tenemos problemas”, y que buscarán fórmulas para enfrentarlos. “Una de ellas, por ejemplo, es intentar poner una reja perimetral en la plazoleta frente a la estación Franklin, que nos permita ordenar el flujo de entrada y salida. Esto no significa cerrar la estación, significa que la plazoleta, que está repleta de comercio ilegal y cocinerías ilegales, tenga un acceso amplio para que la ciudadanía pueda entrar y salir de la estación de metro sin problema, y al mismo tiempo nos permita controlar que no ingrese el comercio ilegal al lugar”, sostiene.
“Una renuncia del Estado”
El urbanista Iván Poduje advierte que cerrar la entrada de una estación es “una renuncia del Estado, similar al monumento de Baquedano. Esto quiere decir que las autoridades no son capaces de controlar los problemas de entorno de la estación, que en este caso, se derivan de un comercio ilegal totalmente desatado”.
El arquitecto Yves Besançon indica que “esto me toca a mí y a mi oficina —ABWB Arquitectos— muy profundamente, ya que fuimos los arquitectos de esa estación. Es lamentable que nos venzan los que quieren apropiarse del espacio y la libertad de todos. No puede ser que el Estado haya sido doblegado por los delincuentes y los ilegales”.
“Acá lo que debiera hacerse es lo que se hace en otros lugares y es copar el espacio público con decisión y fuerza pública todo el tiempo que sea necesario sin claudicar”, dice el expresidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), quien agrega que “debe enfrentarse el problema y no entregarse a los que capturan nuestros espacios y nuestra libertad”.
También dice que “la ciudad y su transporte público son de todos y para todos, y nadie está al margen de defender su condición de servicio social y derecho a su uso libre y soberano. Por lo tanto, la autoridad del Estado, la autoridad municipal y Metro no pueden hacerse a un lado”.
“Las soluciones tienen que ver con aplicar la ley y el orden; se deben tomar medidas de diseño urbano y arquitectónico para evitar el uso o, mejor dicho, la usurpación de los espacios que anteceden accesos a estaciones de Metro, de tren o centros comerciales y mercados, mediante mobiliarios urbanos, paisajismo y otros elementos como iluminación e instalaciones comerciales que puedan albergar actividades lícitas y de servicio a la comunidad”, finaliza
Podrían correr la misma suerte
Poduje, quien es socio fundador de la oficina de urbanismo Atisba, proyecta que “el problema es que esto se puede repetir, ya que el desborde del comercio ilegal está totalmente fuera de control y en muchos casos ocupa las estructuras de las estaciones para colgar mercadería o poner toldos”, y dice que esto es “crítico” en otras estaciones de la red, como Patronato (L2) y Plaza de Armas (L5); y San Alberto Hurtado, Las Rejas y Unión Latinoa-mericana, de la Línea 1.
Plantea que estas estaciones también están en peligro de llegar a una situación similar, “debido a que están en las zonas con mayor densidad de población flotante, la cual le compra a este comercio, y hay muchas disputas de bandas, lo que eleva el riesgo para los usuarios”.
Por Macarena Cerda M. en El Mercurio
COMPARTE
MÁS NOTICIAS
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.