nuestras ciudades
Por José Domingo Peñafiel
Socio Asociación de Oficinas de Arquitectos
La Segunda
Señor Director:
En mi carta anterior ‘Árboles Urbanos’, denuncio cómo se maltrata y agrede a los árboles en nuestras ciudades. Si queremos meter el dedo en la llaga hasta el fondo, el problema del maltrato y agresión en las ciudades no se detiene ahí; especialmente desde 2019, la destrucción no sólo agrede a la vegetación, sino a la estructura misma y al corazón de la ciudad.
La ciudad —su infraestructura, sus calles, sus edificios notables, los paseos públicos, sus plazas, los lugares de encuentro de sus ciudadanos— es despreciada, violentada y herida por algunos grupos de personas. Parte de estas personas parecieran ser del grupo de habitantes más vulnerables y necesitados de lugares de esparcimiento y de encuentro. Es tan incomprensible como dispararse en los pies.
Así como en el tema del árbol urbano, nos encontramos con una carencia cultural, especialmente en la juventud. Nuevamente, parece ser que la solución está en la educación y en la enseñanza en liceos y colegios desde sus primeros años. Así como debemos inculcarles a los niños en forma transversal el amor y respeto por la naturaleza, también es necesario hacerlo con la ciudad, sus edificios, sus monumentos, sus plazas, su metro, y todo lo que ha llevado tanto tiempo y tanto esfuerzo de construir para hacernos una vida urbana más digna y plena.
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.