¿Cómo evalúas tu paso por AOA? ¿Cuáles han sido los mayores desafíos?
Las etapas de conciencia no van mucho más allá de lo inmediato, pero recuerdo casi todas las etapas de mi paso por AOA.
Ha sido un periodo de crecimiento personal, aprendí de los mejores. Para mí esta experiencia ha sido un regalo.
Los arquitectos que forman parte de la AOA, en general cuentan con destacadas trayectorias en distintos ámbitos del quehacer profesional y han sido reconocidos por el medio y por sus pares. Nuestra institución convoca a un grupo de gente generosa, comprometida, con mucha capacidad y con quienes no solo se aprende, sino también se desarrolla una relación de amistad profunda.
La AOA se nutre de la sinergia que se produce entre pares que en otros ámbitos compiten.
Este círculo virtuoso ha hecho que, con el tiempo, la AOA extienda sus horizontes, lo que ha permitido que se haga más visible hacia estamentos de nuestra sociedad que no nos conocían o no comprendían muy bien nuestra labor. Y es que la vida se desarrolla en lo que hacen arquitectos o urbanistas: habitamos ciudades, casas y edificios, estudiamos en colegios y vamos a centros comerciales.
¿Cómo percibías la AOA antes de ocupar los cargos que te tocó asumir?
Este es un proceso dinámico: la visión va cambiando en la medida en que uno asume responsabilidad, compromiso y le dedica más tiempo y energía a la institución.
Y no es solo porque van aumentando la cantidad de tareas asignadas, sino también porque se aprende cómo funciona la organización. Lo mismo en el caso de la relación que se establece con los demás gremios, autoridades, opinión pública y nuestros asociados.
Participaste activamente en el proceso de cambio de AOA en 2017 ¿Qué desafíos te representó?
Producto de este proceso, se puso énfasis en dos iniciativas muy relevantes: elecciones abiertas, democráticas, transversales e inclusivas, y una estructura de comités encabezados por directores. El objetivo fue aumentar los espacios de participación y colaboración, además de estimular que los socios percibieran a AOA como un gremio más cercano, en el cual pudieran tener injerencia.
Considerando los cambios que vivió el país y la profesión en este periodo ¿Cómo crees que se adaptó la AOA a nuevas realidades?
Hoy, con más de cinco millones de vacunados, es lo que puedo avizorar; pero en cien días más quizás Chile ya no será el mismo y los escenarios pueden volver a cambiar.
¿Cuáles son tus planes en relación con AOA, luego de cumplir tu periodo?
Creo que en las instituciones se cumplen etapas y es necesario dejar espacio para que gente que llegó atraída por procesos que la misma AOA fomentó, tenga cabida.
Para mí el directorio es una etapa cumplida, pero sí espero seguir apoyando en los comités porque creo que tengo mucho que aportar: los contactos y experiencia construida en estos años redundan en beneficios para la institución, pero lo haré como asociado.