Del crecimiento de las ciudades y de cómo los arquitectos se insertan con un nuevo rol dentro de la planificación urbana, conversamos con el nuevo timonel de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), quien estará a la cabeza de esta entidad por dos años.
¿Qué desafíos tiene por delante la AOA?
Estamos trabajando en materias que son de preocupación del gremio. Hoy estamos participando en algunas iniciativas junto al Colegio de Arquitectos, el cual nos ha invitado a apoyarlos por segunda vez en la organización de la Bienal de Arquitectura a realizarse en Valparaíso. Así también, junto al Colegio y a la Dirección de Arquitectura del MOP, estamos trabajando juntos en algunas iniciativas relativas a los concursos de arquitectura, y con la CDT y otras entidades en la estandarización de las Especificaciones Técnicas. Con las universidades estamos trabajando en múltiples actividades como convenios de cooperación y concursos para estudiantes. La AOA está muy conectada, no solamente con el ámbito profesional sino también con el mundo académico, con la industria de la construcción, con el ámbito legislativo y con la administración pública.
¿Cuál es la agenda que hoy les preocupa?
Hay una continuidad de la administración anterior, pero también hay temas de contingencia y conceptos que hay que seguir trabajando, en especial los que tienen que ver con los cambios país. Una de estas temáticas es la participación ciudadana, que se ha ganaqdo un espacio en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
El arquitecto ha aprendido no solo a convivir con el medio ambiente y a generar un menor impacto sobre el planeta, sino que además estamos aprendiendo a convivir con las necesidades expresadas por los habitantes de nuestras ciudades y este concepto está presente en el discurso de Alejandro Aravena. Las comunidades deben exponer sus aprehensiones, su ideario, su agenda, pero de una manera ordenada, organizada. Estamos trabajando en algunas iniciativas que permitan incorporar en una metodología de trabajo este anhelo, a este nuevo actor al proceso de diseño. Hay una responsabilidad de todos de avanzar hacia un sistema que promueva el desarrollo ordenado e inclusivo de nuestras ciudades.
¿Es un rol del siglo XXI de los arquitectos, el cómo queremos nuestras ciudades?
Más bien diría que es obligatorio. La gente hoy en día tiene voz y la usa. La pregunta que hay que hacerse es: ¿cuál es la ciudad que queremos construir?, y ahí no somos los arquitectos los llamados a definir solos ese modelo de ciudad; pero sí creo que somos los más calificados para ordenar las ideas y de alguna manera acompañar a las comunidades, a la sociedad, al país, en esta definición. Las ciudades son organismos vivos, van creciendo, son sus habitantes los que las construyen, aparecen espacios y experiencias que a los arquitectos nos hubiera costado imaginar. Hay mucho que aprender de las comunidades y, probablemente, estas tienen mucho que aprender de los arquitectos y de otros profesionales de la industria. Creo que en el ámbito de la ciudad, los arquitectos tenemos mucho que decir.
¿Qué opinión le merece la planificación de las ciudades?
Es un tema político. El caso de Santiago, por ejemplo: hoy en día hay 36 comunas que no están coordinadas. No hay una planificación basada en la gente. Falta un ente político, un alcalde mayor o un gobernador que tenga potestad y atribuciones para planificar la ciudad por sobre las necesidades de cada comuna. Para que una ciudad funcione, históricamente, el centro histórico y sus barrios aledaños han provisto de infraestructura al resto de la ciudad.
Creemos que esas son las áreas que pueden acoger nuevamente a una mayor cantidad de personas pero en paralelo debemos mejorar el acceso a la infraestructura, al trabajo, a la cultura y a áreas verdes dignas en la periferia. Tal como comenté, otra de las iniciativas que nos parece muy importante es la calidad de nuestros edificios públicos. Como AOA estamos trabajando con el Colegio de Arquitectos y la Dirección de Arquitectura del MOP, en el enfoque de los concursos de arquitectura pública.
Arquitectura y mercado
¿Qué opina de la actual generación de arquitectos nacionales?
Es un fenómeno positivo que destaca por varios factores. El primero es que hay una extraordinaria calidad en las universidades chilenas que los formó. Segundo, somos un país pequeño, pero que se ha desarrollado con vigor. En los últimos 30 años reconstruimos nuestras ciudades. Tercero, la competencia inmobiliaria es muy fuerte, lo que obliga a una búsqueda continua; esto unido al hecho de que la construcción hoy en día tiene altos estándares y certificaciones asociados. El cuarto aspecto dice relación con los terremotos que, si bien son una prueba para el país, obligan a ser muy rigurosos en la construcción. El quinto punto a destacar es la variedad geográfica y climática de nuestro país, lo que ayuda a que los arquitectos chilenos tengamos una especial sensibilidad a la condición del territorio.
¿Cómo ha ido transformándose el mercado inmobiliario?
Ha pasado por varias etapas, mientras más abierto es el mercado, más competitivo y duro. Y en ese sentido el mercado inmobiliario está muy atomizado, no hay ninguna inmobiliaria chilena que tenga más del 3% del mercado y eso las obliga a constantemente estar mirando, a viajar, a buscar ideas e introducir nuevos conceptos. Chile es un laboratorio de excelencia, es considerado el mercado más sofisticado en términos de materiales, de especificaciones y, finalmente, de diseño en LATAM. El resultado de este perfeccionamiento continuo es lo que hoy en día los compradores buscan. Los usuarios quieren diferenciarse, en calidad y en diseño. Sin embargo, se nos ha quedado la ciudad atrás en este proceso; esta es la pieza que une las partes.
Respecto a BL Arquitectos, ¿Qué propuesta arquitectónica promueven?
Hoy BL Arquitectos es una empresa con dos socios, Klaus Benkel y yo. Si bien tenemos visiones muy distintas, nos unen valores comunes y creo que esa es la base de la oficina, la versatilidad y variedad. BL partió en el mercado de las viviendas en extensión, con proyectos en la periferia de Santiago como Lampa, Quilicura, San Bernardo, Talagante y Colina, entre otros. Hemos edificado una cantidad enorme de viviendas. Hoy estamos trabajando en hoteles, proyectos de uso mixto, interiorismo, edificios en altura, Master plan, entre otros. En este proceso hemos sido capaces de asociarnos con firmas líderes en el mundo. Vamos buscando espacios de colaboración, y eso es una de las cosas que la AOA ha conseguido, que los arquitectos hoy en día nos miremos como socios, y si bien seguimos siendo competencia, esto lo manejamos de una forma en la que todos podemos ganar.
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