Peor que en 2020, el primer año de pandemia que golpeó fuertemente a la economía. Más bajo que en 2010, que estuvo marcado por la reconstrucción de viviendas posterremoto más que por la gestación de nuevas unidades. En general, en su condición más débil de los últimos 32 años, se encuentra uno de los indicadores que reflejan la actividad en la industria de la construcción: los permisos de edificación.

El deterioro de la economía, la menor demanda por propiedades, el alto stock de viviendas sin comercializar y las dificultades crediticias para empresas y personas han mermado el interés de los desarrolladores inmobiliarios por generar nuevos proyectos. A ello se suman las demoras para obtener permisos, reconocieron en el rubro.

Al analizar las últimas cifras de permisos de edificación del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se advierte que al tercer trimestre de este año (enero-septiembre) las viviendas nuevas autorizadas en las direcciones de obras municipales (DOM) del país cayeron 18% anual, hasta las 60.661 unidades. Se trata del menor volumen desde 1991, cuando comienza el registro histórico disponible en el INE.

En la Región Metropolitana se contabilizaron 19.084 viviendas nuevas aprobadas, también la menor cantidad en 32 años para los primeros nueve meses de un año.

En tanto, la superficie aprobada en obras nuevas de viviendas durante enero-septiembre de 2023 sumó 4,92 millones, una contracción de 20% anual. Se trató del volumen más bajo desde 2010 en dicho lapso.

Motivos

El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Juan Armando Vicuña, indicó que la caída en los permisos de edificación responde a ‘múltiples causas’. Una de ellas, sostuvo, es el alza de los costos de los materiales e insumos sectoriales, que hoy son 36% superiores a los de 2020, lo que ‘se traspasa por completo a los presupuestos de obras, ocasionando problemas de liquidez en varias empresas del rubro’. Aunque precisó que los valores de los materiales han caído frente al año pasado, ‘aún están en niveles históricos’, afirmó.

‘Otra situación que afecta a la actividad son las condiciones para acceder a financiamiento, las que son más restrictivas para empresas del rubro’, agregó.

Slaven Razmilic, director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), señaló que ‘la economía en general y la construcción en particular atraviesan actualmente un largo período de baja actividad y las estadísticas de permisos de edificación son un buen termómetro de ello’.

Razmilic añadió que ‘la incertidumbre política, la debilidad del mercado laboral y las restricciones crediticias redundan en una extendida contracción de la venta de viviendas, la que recién durante estos últimos meses ha comenzado tímidamente a repuntar. En la medida en que se recupere el ritmo de ventas, gradualmente se normalizarán los stocks disponibles y se retomará progresivamente la inversión en nuevos proyectos’.

‘Permisología’

Pablo Larraín, past president de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), coincidió en que el deterioro de la economía, el encarecimiento de los créditos y un escenario de inestabilidad —que espera se despeje con el fin del proceso constitucional— están afectando al rubro.

Pero Larraín también destacó que ‘en el sector existe un enjambre de ‘permisología’. Históricamente, el ente que otorga los permisos es la Dirección de Obras Municipales y las dudas se resuelven ante la Dirección de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. En el último tiempo, se ha sumado la Contraloría, entrando a interpretar el comportamiento administrativo de quienes otorgan los permisos, y los tribunales de justicia, lo que ha colaborado a que se forme un ecosistema donde las iniciativas son susceptibles de trabarse a un nivel nunca antes visto’.

En esa línea, el presidente de la CChC afirmó que ‘un factor muy relevante es la ‘permisología’, que en el caso del sector vivienda se ve afectado por las demoras significativas en las Direcciones de Obras Municipales, que se extendieron más desde la pandemia’.

Qué hacer

Para mejorar la situación del rubro, Razmilic planteó que, ‘desde la demanda, será necesario facilitar el acceso al crédito y que las tasas puedan normalizarse más temprano que tarde’. Desde la oferta, indicó, se deben simplificar los trámites para agilizar las inversiones.

Vicuña recordó que hoy existe un stock de 114.00 viviendas nuevas, ‘que creemos demorará en agotarse considerando la débil demanda existente’. Por ello, aseguró que es clave adoptar medidas para agilizar las ventas.

Larraín señaló que es necesario ‘generar un acuerdo nacional’ para que se destraben los proyectos y se entregue certidumbre en los permisos para nuevas obras. También propuso impulsar viviendas ‘de un menor valor, sin que ello signifique un desmedro de la calidad’.