Señor Director:

El destacado arquitecto Yves Besançon, en carta publicada el fin de semana, menciona la posible reactivación del proyecto Alameda-Providencia y pone en valor la capacidad de la planificación urbana para romper barreras que hoy nos segregan.

Efectivamente, debemos entender que intervenciones integrales sobre este tipo de avenidas estructurantes, a la que se debiera sumar también Apoquindo, son las que definen buena parte de la identidad de una ciudad.

Es una gran oportunidad para poner en discusión que otros ejes viales de este alcance en la configuración urbana de las ciudades, no debieran estar bajo la tutela exclusiva de alcaldes y concejos municipales de mirada acotada a límites administrativos, sino bajo la visión más sistémica que implica necesariamente una autoridad metropolitana, en el entendido que las decisiones de hoy serán el espacio urbano de varias generaciones futuras.

Con equipos técnicos y una imperativa visión de Estado -más allá del gobierno de turno- integrados por los ministerios de Vivienda, Obras Públicas, Medio Ambiente y Transportes, sumado al aporte profesional de gremios vinculados desde la mirada ciudadana y todos ellos articulados por la Gobernación, con toda seguridad tendríamos una ciudad más armónica para el beneficio y acceso de todos, muy superior a la urbe severamente segregada, dispersa y voluntarista que resulta de las regulaciones de pequeña escala definidas por cada comuna.