09 de octubre de 2020

Presidenta AOA: Propuestas necesarias y urgentes pueden quedar fuera de contexto por la segregación

“Las iniciativas post pandemia para un nuevo urbanismo no tendrán ningún resultado si no se realizan transformaciones basales, con una planificación que se sustente en un desarrollo que ponga al habitante como centro, que entienda la ciudad como un sistema complejo e integrado y que se oriente hacia la evolución a urbes más justas y equitativas”. Así lo señaló Mónica Álvarez de Oro, presidenta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos, quien junto al past president AOA, Yves Besançon, participaron del Encuentro Construcción Instituciones Técnicas de Educación Superior (ECIT 2020): La Construcción post pandemia.

 

El evento se desarrolló vía remota y fue organizado por DuocUC, Inacap y la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción. En su presentación “Urbanismo y construcción: Una nueva convivencia”, Mónica Alvarez de Oro comentó cómo la pandemia aceleró los procesos de transformación en distintos ámbitos del trabajo en construcción.

 

La presidenta AOA hizo hincapié en la necesidad de comprender la ciudad como un sistema y trabajarla a distintos niveles, entendiendo que la planificación urbana responde a una escala mayor y se transforma en el marco fundamental del diseño urbano y de la arquitectura: “Generar cambios post pandemia a nivel de planificación urbana tendrá solo efectos parciales y probablemente reducidos, si no se interviene también -y de manera sistémica- en la escala intermedia y en las nuevas condiciones para la arquitectura en particular”, señaló.

 

También comentó que la crisis “hizo más evidente que nunca que necesitamos una nueva planificación, que entienda la ciudad como un sistema integrado y no segregado”. En el caso de Santiago, existen 32 planes reguladores distintos que no conversan entre sí, lo que es insostenible: “Dentro de una ciudad hay claras diferencias de acceso a servicios públicos, deficiencias en transporte, y carencias graves de áreas verdes y de esparcimiento en muchas de ellas. Esto ha desnudado que muchas propuestas que suenan muy necesarias y urgentes, quedan un poco fuera de contexto ante la realidad desagregada por comunas”.

 

En el caso de las Smart Cities, que vienen de la mano de la transformación digital, Álvarez de Oro plantea el desafío de la gestión de datos: “En la medida que no todos los habitantes de la ciudad tengan acceso al beneficio que genera ese correcto manejo, puede llegar a generar una nueva segregación y una nueva brecha, ocasionada esta vez por el analfabetismo digital o por la falta de acceso y conectividad”, comentó, añadiendo que “hoy existe la tecnología y la capacidad económica para proveer de internet a toda una ciudad por igual, y con ello, al acceso equivalente a cualquier producto o beneficio que surja del manejo de ella y de los datos. Por lo mismo, quizá antes, o al menos en paralelo de hablar de Smart Cities, pongamos en discusión urgente el acceso a la red. No es desproporcionado pensar que el acceso a internet debiera ser considerado un servicio básico, como la electricidad y el agua potable”.

 

Respecto del transporte público, la presidenta de AOA comentó que es fundamental para lograr una ciudad justa: “Las líneas de metro son un notable generador de desarrollo urbano y acceso equitativo a servicios. Si no puede haber servicios y equipamiento en toda la ciudad, al menos podemos facilitar el acceso a ellos a través de un medio de transporte de calidad”. Vinculado a ello, abordó la propuesta de la ciudad de quince minutos, sosteniendo que si bien es factible en teoría, la desagregada planificación urbana juega en contra: “Es muy probable que en quince minutos en transporte público yo pueda pasar de una comuna a otra, o incluso por varias comunas. Pero como cada plan regulador comunal no conversó con el de su comuna vecina, es muy probable que no encuentre los servicios que requiero, porque cada comuna, donde a veces su límite con otra es solo el eje de una calle local que no miró siquiera la vereda del frente para hacer su plan regulador”.

 

El encuentro también contó con las ponencias “Desafíos para el capital humano”, de Antonio Errázuriz, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC); “Transformación Digital en la Construcción”, de Felipe López, jefe de Marketing deTOCTOC.com y Jorge Ignacio Prieto, socio de INQSOL, y “Desafíos en el retorno a las obras”, de Héctor Jaramillo, gerente Corporativo de Seguridad y Salud en el Trabajo de Mutual de Seguridad.

 

Panel de discusión

Finalmente, se desarrolló un panel de discusión que moderó Marcelo Casares, gerente de Comunicaciones de CDT y en el cual participaron Sergio Correa, gerente general de Conpax; Jaqueline Gálvez, gerente general de Constructora Novavida y presidenta del Comité de Vivienda CChC, e Yves Besançon, vicepresidente BIM Forum Chile y past president AOA.

 

En esta instancia, en donde se discutió sobre los desafíos que ha enfrentado la industria de la construcción en sus diferentes ámbitos, Yves Besançon sostuvo: “El cambio en esta pandemia ha sido brutal. Para los arquitectos, el contacto social con los proyectos y con la gente es fundamental y ha representado una dificultad no solo en las oficinas, sino también en las universidades, donde la enseñanza este año se ha desarrollado de manera íntegramente online”. Sin embargo, el past president AOA y actual vicepresidente de BIM Forum también destacó que “también fue bueno”, agregando: “Nuestra oficina siguió trabajando igual que siempre, a distancia. Lo que antes pensábamos que era fundamental -estar siempre rayando en conjunto- no fue tal y tuvimos que adaptarnos y hacerlo a distancia, encontrando diferentes caminos para superarlo. Eso nos ha enseñado que sí se puede y que gracias a las innovaciones tecnológicas que el país tenía, estábamos bastante preparados para recibir este golpe”.

 

Al ser consultado por las características que buscan las oficinas actualmente en los nuevos arquitectos, Besançon puso énfasis en el conocimiento de las nuevas tecnologías y softwares, además de sus intereses, visión y capacidad de trabajar con otros profesionales: “La conformación de equipo es lo que ha hecho que salgamos adelante, enfrentando las dificultades propias del home office”. Asimismo, recalcó que incluso la metodología BIM se sustenta en el esfuerzo colaborativo, poniendo a las comunidades en el centro: “Sin ello, incluso BIM es una metodología muerta”.

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