Las actividades son organizadas por el comité de Asociados y Servicios y esta segunda serie aborda la integración social.
Con un encuentro que reflexionó sobre la reprogramación de las ciudades post pandemia y contó con la participación de los expertos Pablo Allard y Leo Prieto, la Asociación de Oficinas de Arquitectos dio inicio a la segunda serie de Diálogos para la Acción.
La actividad (que puedes revisar aquí) se inició con la bienvenida de Pablo Larraín, past president de AOA, quien comentó el objetivo de llevar a cabo estas experiencias: “En tiempos de cambio, proponemos una aproximación optimista a los desafíos que enfrenta la ciudad y sus ciudadanos en su contexto local y global, levantando las oportunidades existentes para que ocurra un cambio positivo después de una situación de crisis, promoviendo así ciudades más resilientes tanto en la contingencia como en el largo plazo”.
Luego, Larraín dirigió la conversación hacia el urbanismo y la industria digital, además de los cambios y procesos de adaptación que viven actualmente las urbes chilenas y sus habitantes.
Para Pablo Allard, arquitecto y magíster en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en Arquitectura en Diseño Urbano y doctor en Estudios de Diseño de la Universidad de Harvard, la ciudad es el resultado milenario de construcción de valor en un esfuerzo colectivo, contexto en el cual lo que se viene con la transformación digital es enorme, “cuando se tomen decisiones de manera automática a través de algoritmos y se incorporen procesos de participación ciudadana con inteligencia artificial a través de la tecnología”, precisó, añadiendo que si bien esta última reemplazará muchos oficios, no lo hará con las industrias creativas, por lo que el desafío en la formación de nuevas generaciones es otorgar las herramientas para que puedan realizar juicios críticos y decidir con autoridad técnica.
A juicio de Leo Prieto, empresario, diseñador y desarrollador chileno, fundador de Odd, Betazeta, FayerWayer, Aardvark e ImageMaker, el desafío es repensar el futuro. Según comentó, es interesante la dualidad de arquitectos y urbanistas que proyectan obras que deben permanecer por décadas o decenios, mientras la tecnología, con su rápido avance, cuando estima largo plazo, no son más de tres años: “Todas las tareas que puedan ser automatizadas deben implementarse, para no desperdiciar las capacidades humanas: todos nacemos creativos, pero vamos tomando miedos o vergüenzas. El potencial está bien distribuido, pero no se aprovecha”, sostuvo.
Nuevos escenarios ante la crisis
Ambos expertos coincidieron en que la pandemia tendrá una mayor complejidad en la forma de vida que la que se ha visto hasta ahora, donde se han instaurado medidas provisorias.
Según Leo Prieto, si bien el acceso a internet en Chile es alto y nueve de cada diez personas tiene un teléfono inteligente, las organizaciones siguen funcionando en forma antigua, con un barniz digital. La tecnología para hacer reuniones virtuales existe hace más veinte años pero recién en estos meses empezó a utilizarse masivamente: “Hemos perpetuado una forma de trabajar de la Revolución Industrial, yendo a la oficina de lunes a viernes, de nueve a seis. Ya vamos en la Cuarta Revolución Industrial y se ha evidenciado que con o sin Covid, las actividades laborales pueden y deben ser distintas”.
Así como la crisis sanitaria puso en evidencia las tremendas inequidades urbanas, con altos niveles de hacinamiento y extensas jornadas de traslado, también impulsó nuevas formas de vivir y trabajar, con el apoyo de la tecnología, comentó Pablo Allard: “Uno de los temas que surge con fuerza en el escenario global es si eventualmente no se logra vacuna o cura en el mediano plazo, se verá afectado estilo de vida y las decisiones, ya que muchas medidas de hoy no son sostenibles en el largo plazo”.
Una tendencia que se ha mostrado con fuerza es la instalación del teletrabajo y el delivery, junto con el temor a los traslados, añadió Pablo Allard, además de la migración a los suburbios y a ciudades intermedias: “El atractivo de las grandes metrópolis son las oportunidades laborales y si se disocia la entrega de un servicio presencial, se está empezando a vivir esa tensión”.
Con ello se podría estimular que el capital humano vuelva a sus ciudades de origen, generando interesantes dinámicas en las ciudades intermedias, pero estará el desafío del equipamiento, para llevar a las áreas suburbanas y estas urbes más pequeñas todos los servicios necesarios de manera que las personas no tengan que trasladarse grandes distancias.
Mirada de futuro
A juicio de Pablo Allard, la ciudad tendrá que diseñarse de una forma adaptativa y sin duda, las prioridades de las políticas públicas van a cambiar: “Será una urbe más focalizada en los habitantes, con oportunidades y viviendas más cerca. Se tendrá que llevar equipamiento a las áreas suburbanas para que las personas, si no pueden pasar en su casa la próxima cuarentena, al menos puedan hacerlo en su barrio. El Covid terminó de matar la ciudad del Siglo XX, funcional, con barrios diferenciados por uso y conectados por grandes infraestructuras. La nueva urbe será híbrida, caminable, más mixta y compacta”.
Para Leo Prieto, la pandemia evidenció las falencias de instituciones, ciudades y la forma en que funcionamos, en un despertar muy fuerte. Para el futuro es necesario tener conciencia que no todos somos iguales, que la mayoría de los chilenos no viven en Santiago y que no todos tienen la posibilidad de hacer teletrabajo. “Estamos en una pandemia y vendrán más. Los desafíos de funcionar distinto son tremendos, nuevos espacios tendrán que repensarse y rediseñarse, pero ya no necesariamente tendrán que estar presencialmente las mismas personas. No diseñemos para un solo futuro posible, los arquitectos deben crear espacios que estarán cambiando siempre”, señaló.
ÚLTIMAS NOTICIAS
Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.